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Barcelona cultura

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Alexander Zeldin: “Paso el 80 % de mi tiempo dándome cabezazos contra la pared”

Mar 02/05/2023 | 00:00 H

Por Andreu Gomila

Si hay un artista teatral británico, europeo, que está en boca de todo el mundo, no es otro que Alexander Zeldin. Criado en el Reino Unido, de padre ruso y madre australiana, se formó entre su país natal, Rusia, y París, bajo la atenta mirada de Peter Brook y Marie-Hélène Estienne. Es director asociado del National Theatre de Londres y artista asociado del Odéon Théâtre de l’Europe parisino. Su primera visita a Barcelona será este verano en el Grec, con 'The confessions', una pieza que habla de su madre.

Creo que este 'The confessions' es el retrato de una mujer inspirado en la vida de su madre. ¿Por qué ha decidido hacer este espectáculo ahora?
La idea del espectáculo era ponernos cara a cara con la experiencia de toda una vida. Igual que toda mi obra, crece con una serie de intuiciones que he ido incubando a lo largo de los años. Todo se precipitó durante la pandemia, cuando vi cuántas vidas se reducían a un simple número en la pantalla. Entonces tuve claro que una de las oportunidades del teatro, cuando pudiera volver a hacerse, sería dar dignidad a una sola vida simple y ordinaria. Además, cada vez me interesa menos hacer creer y lo que quiero es empezar cada obra desde una fuente que surja de la vida real. Y, todavía más, de una vida que me sea próxima. Incluso de una forma transgresora... Creo que en esta obra hay una cosa que dialoga directamente con nuestra época. ¿Qué es una persona hoy? ¿Cómo podemos imaginar la vida de una persona hoy? ¿Qué es la dignidad hoy? Aunque esté situada en el pasado, creo que nos lleva al presente a través de un profundo sentido del lugar del que venimos.

¿Quién fue su madre?
Tienes que venir a ver el espectáculo. Creo que lo importante es que no se trata de una persona pública o de alguien de quien puedas decir que ha tenido una vida ya descrita como excepcional. No está muerta, todavía vive... Mi madre fue alguien como muchas otras personas. Nació a mediados del siglo XX e intentó crearse a sí misma, definir su vida contra la violencia social de su tiempo. Espero que, de alguna manera, esa lucha por la emancipación individual se vea en nuestra obra como una emancipación colectiva.

"El teatro siempre es un viaje hacia las preguntas, no hacia las respuestas"

¿Cómo lleva la historia a escena?
Si supiera la respuesta, no tendría la necesidad de sacar adelante la producción. El teatro siempre es un viaje hacia las preguntas, no hacia las respuestas. La pregunta está más viva que la respuesta. Lo que tengo claro es que no intento explicar toda una vida, sino que explico la historia de una vida a través de varios momentos clave, varios puntos de inflexión. Si pienso en mi estructura dramática, creo que hay dos puntos que pueden ayudar: el primero, la vida de san Francisco explicada a través de diferentes actos y puntos de inflexión que la dotan de universalidad; el segundo son las siete edades del hombre enunciadas por Jaques en Como gustéis, de Shakespeare, que estructuran la vida de una manera universal. Hay algo que contempla la vida y que nos lleva al significado de la dignidad. En mi cabeza, creo que la dignidad es la razón por la cual hacemos teatro.

Esta 'The confessions', ¿está conectada con sus obras anteriores, como 'LOVE', por ejemplo?
Totalmente. Por desgracia, en España no se ha visto 'LOVE'. Las dos tienen algo en común: acercarnos a cosas ocultas de la vida para verlas con otra intensidad. Para lograrlo hemos trabajado en el tiempo real y hemos intentado encontrar un estilo interpretativo que tenga que ver con la densidad dela experiencia, por encima de todo, la experiencia bajo la presión de las circunstancias de nuestro tiempo. En 'LOVE' tenemos a una familia que es desahuciada por Navidad y que intenta encontrar un nuevo lugar para vivir. Y eso lo explicamos no a través de largos discursos e información didáctica, sino más bien a través de texturas que tienen que ver con estar sentados en una habitación teniendo que hacer frente a circunstancias límites. Para mí, el protagonista central del teatro no es el autor, el director o los diseñadores sino el actor. La pregunta que me hago siempre cuando empiezo es: ¿qué le puedo decir al actor que haga para que esté vivo?

"Hoy recuerdo a Peter Brook diciendo que, para él, todo tenía que ver con una corazonada informe y con la confianza en la intuición. Peter trabajaba desde la convicción. Y yo creo que el teatro puede ser infinitamente misterioso e infinitamente estimulante"

Trabajó con Peter Brook durante años. ¿Qué aprendió de él?
Hay partes de la vida que lo mejor que puedes hacer es mantenerlas en secreto. Mi vida con Peter es difícil de resumir en una entrevista. Sin embargo, lo que yo llevo conmigo cada día no tiene nada que ver con lo que él me dijera a mí o a otras personas, porque no fui el único que colaboró con este gran hombre y con Marie-Hélène Estienne. Hoy lo recuerdo diciendo que, para él, todo tenía que ver con una corazonada informe y con la confianza en la intuición. Peter trabajaba desde la convicción. Y yo creo que el teatro puede ser infinitamente misterioso e infinitamente estimulante. Él fue capaz de maravillarse por el teatro como un niño. Y creo que me transmitió esa idea, a mí y a mucha gente. Pero me llevo más cosas de él, como una cierta manera de mirar el mundo. Nunca tomé nota de las conversaciones que tuve con él. Más bien pensaba en la huella que dejaría en mí, como pisadas en la arena.

¿Qué importancia tiene París en su carrera?
No solamente en mi carrera sino en mi vida. Fue allí, en el 2018 y gracias a los inmensos esfuerzos de Didier Juillard y Stéphane Braunschweig, del Odéon, y al National Theatre británico, donde hice mi debut europeo en el Festival de Otoño, invitado por su directora de entonces, Marie Collin. Esa invitación supuso el inicio de un nuevo capítulo en mi vida que me llevó a crear mi propia compañía y a tener la oportunidad de actuar por toda Europa. Históricamente, París ha sido una ciudad que ha invitado artistas de fuera a abrir nuevos caminos en su obra. Y así fue para mí y para mi pareja durante el tiempo que vivimos en París.

"En teatro, practican mejor la escritura las personas que actúan o dirigen o la gente relacionada con el teatro. Porque la escritura teatral no son solo palabras sino imágenes, sonidos, silencios, cuerpos en el espacio, la relación con el público"

He leído que, debido a su experiencia operística en Rusia, cuando lleva una obra a escena, siempre piensa en la música. ¿Por qué?
Una de las cosas más destacables de la ópera es que la música está por todas partes. Dicho de otra manera: podría decirse que la música describe el silencio. Eso renovó mi interés por la arquitectura del silencio, porque en el silencio puedo escuchar música.

¿Qué importancia tiene el proceso de escritura en sus obras?
Paso el 80 % de mi tiempo dándome cabezazos contra la pared intentando escribir diálogos y construir la dramaturgia de mis obras. Semanas y semanas en medio de la nada, solo intentando escribir desesperadamente. Es un viaje sin fin que durará muchos y muchos años hasta que pueda llegar a entender qué es. Claro que me veo como un director escritor. En teatro, practican mejor la escritura las personas que actúan o dirigen o la gente relacionada con el teatro. Porque la escritura teatral no son solo palabras sino imágenes, sonidos, silencios, cuerpos en el espacio, la relación con el público. Por lo tanto, la escritura teatral no termina en la soledad del estudio, sino que adquiere nuevas formas cuando llega a los intérpretes en la sala de ensayo, cuando interrogan el material y se meten dentro. En este punto, la escritura pasa a ser colectiva.

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