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Barcelona cultura

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Entrevista con Cesc Gelabert, coautor, coreógrafo e intérprete de ‘Escrit en l’aire (Gelabert dansa Novarina)’

Jue 07/07/2016 | 09:00 H

La virtud de la danza es bailar las palabras

Entre los muchos méritos del coreógrafo y bailarín Cesc Gelabert, uno de esos pioneros de la danza contemporánea que nos explica aquí y en el exterior, está el haber inaugurado la 35 edición del Grec con La muntanya al teu voltant, la primera producción catalana de danza que daba el pistoletazo de salida al festival, con una propuesta que ofrecía una revisión de la sardana alejada del folclore. Tras el éxito de Foot-ball, un maridaje de fútbol y baile, Gelabert regresa al Grec con Escrit en laire (Gelabert dansa Novarina), creado conjuntamente con el escritor, pintor y director de escena francés, Valère Novarina, que aporta al espectáculo, que podremos ver en el Teatro Lliure, su universo filosófico.

 

P. Afirma que la danza combina cuerpo, mente y corazón. Pero esta vez la mente tiene un papel más destacado a causa de los textos de Novarina?

R. Quizás a los espectadores no les llegue todo lo que me pasa por la cabeza cuando bailo. No siempre perciben mis ideas y emociones, captan tan sólo una abstracción. Pero la virtud de la danza es bailar las palabras. La sociedad está acostumbrada a la literalidad pero el cuerpo también se expresa con palabras. Este espectáculo no es más mental que otros que haya hecho pero a lo mejor el público interpretará más palabras.

 

P. Acostumbra a colaborar con creadores de otros ámbitos como Isaki Lacuesta y Frederic Amat. Qué le interesa de la obra de Novarina?

R. És un autor genial, torrencial y polifónico, metafórico y humano. Con una escritura muy particular y un lenguaje renovador. Firma frases lapidarias como piedras verbales. Del corpus de la obra de Valère, él ha seleccionado fragmentos, personajes y frases para el espectáculo.

 

P. El espectáculo llega maduro gracias a que llevan dos años preparándolo?

R. En estos dos años hemos ido y vuelto de París, pero hemos trabajado más en Barcelona. Ha sido una aventura en la que hemos perdido mucho tiempo por la forma de trabajo poco convencional, con muchas idas y venidas tanto por mi parte, como por Valère y Moisès [Maicas, responsable de la dirección escénica]. Pero en este momento de mi carrera me apetecía un reto así, me interesaba dar un paso adelante.

 

P. Cómo ha sido el proceso de trabajo?

R. Una vez decididos los textos, hemos ido añadiendo objetos y esculturas -como por ejemplo un círculo de hierro de Toni Giró- y los hemos incorporado en la conexión entre palabra y movimiento. En este sentido, el papel de Moisès ha sido muy importante porque ha hecho de intermediario entre dos mundos, el de Valère y el mío.

 

P. Es una coreografía sobre la fugacidad?

R. Es un espectáculo sobre muchas cosas pero aún estemos terminándolo y hasta que no esté acabado no sabremos exactamente de qué va. La danza es efímera y el título de Escrit en laire tiene que ver con que ya no se valoran las palabras y sólo cuentan las imágenes.

 

P. Se considera el decano de los bailarines catalanes?

R. La edad es secundaria. Pero me siento desaprovechado, aunque es cierto que el país da para lo que da. Siento que podría hacer más cosas. Uno de mis sueños es crear una tipología de bailarín y consolidarla. Cuando ves un espectáculo alemán, identificas enseguida a qué escuela pertenece, pero aquí no damos la misma importancia a la cultura.

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