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Barcelona cultura

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Teatro del este de Europa. Seis nombres que deberíamos seguir

Sáb 12/02/2022 | 01:00 H

Por Andreu Gomila

El teatro de Europa del Este es mucho más que el polaco Kyrstian Lupa, el húngaro Kornél Mundruczó y el lituano Oskaras Koršunovas. Del primero, entre el Lliure y el Temporada Alta, hemos visto un buen número de montajes, desde el que hizo con reparto catalán, 'Davant la jubilació', hasta 'Kalwerk' o 'Persona. Marilyn'. Es un clásico del teatro europeo. Mundruczó se ha hecho esperar, pero esta primavera lo tendremos, por fin, en el Lliure con 'Imitation of life'. Y de Koršunovas, también un clásico del Temporada Alta, donde ha estrenado una decena de montajes, acabamos de ver una versión de 'Tío Vania' en el Lliure con elenco local. Y no nos olvidemos de Krystof Warlikowski, que nos visitó en el Temporada Alta 2008 con 'Dybbuk'. Aparte de este póquer de ases, ¿cuáles son los nombres que deberíamos seguir?

Jana Svobodová
(República Checa, 1962)
Directora artística del Teatro Archa de Praga y del Akcent International Festival of Documentary Theatre, está muy comprometida con proyectos teatrales de alto contenido político y social, cosa que la ha llevado por toda Europa, Sudáfrica, Japón y los Estados Unidos. En el 2019, presentó en el Festival de Aviñón, por ejemplo, 'Ordinary People', un proyecto desarrollado a cuatro manos con la coreógrafa china Wen Hui, en el que combinaban teatro documental y danza, palabras y gestos que eran testimonio de vidas que habían sufrido los totalitarismos checo y chino.

Kirill Serebrennikov
(Rusia, 1969)
El ruso es, seguramente, el director de escena de Europa oriental de mayor peso específico en la actualidad, tanto por sus propuestas artísticas como por cuestiones políticas. El 10 de enero se plantó por sorpresa en Hamburgo para dirigir un Chéjov en el Teatro Thalia, cuando tiene prohibido salir del país, donde ha estado bajo arresto domiciliario del 2017 al 2021 por su posición crítica con la Iglesia ortodoxa y el Gobierno de Vladímir Putin. En el Aviñón 2019, presentó un trabajo excelente, 'Outside', a partir de su relación con el fotógrafo chino Ren Hang. La obra ha visitado los principales teatros europeos, de los que hace años que es asiduo. Gran intérprete del legado ruso (Gógol, Pushkin, Chéjov), también ha adaptado a Lars von Trier y ha montado óperas de Wagner, Strauss y Mozart. Como Mundruczó, Serebrennikov es, además, un prestigioso director de cine, con una docena de películas sobre los hombros.

Marta Gornicka
(Polonia, 1975)
En febrero del 2020, pasó por el Teatro del Canal de Madrid el 'Magnificat' de la directora polaca, una pieza polifónica con citas de la Biblia, recetas de cocina, textos de Elfriede Jelinek o del gran poeta polaco Adam Mickiewicz, además de los fragmentos de 'Las bacantes', de Eurípides. Hace más de una década que creó su propia compañía, The Chorus of Women, y es uno de los fenómenos al alza en el continente. Lleva cinco años trabajando con frecuencia en Alemania, con éxitos brillantes en la Kammerspiele de Múnich y en el Maxim Gorki de Berlín, del que es miembro del consejo asesor. Su obra es muy política, con el feminismo y la lucha contra el neofascismo como puntas de lanza.

Oliver Frljić
(Bosnia-Herzegovina, 1976)
En el 2019, el director bosnio se embarcó en busca de una utopía teatral con 'Imaginary Europe'. A raíz del fortalecimiento de los movimientos populistas de derecha en Europa, se planteó preguntas sobre las responsabilidades de los intelectuales y de los artistas, con un reparto multinacional y textos de Heiner Müller, Peter Weiss, Walter Benjamin, J. B. Savigny y Alexandre Corréard. Este ha sido uno de los últimos grandes proyectos de Frljić, exdirector del Teatro Nacional de Croacia y artista muy vinculado a Alemania y a Europa del Este, ya que, aparte de los Balcanes, es un director invitado habitual en Stuttgart, Berlín y Varsovia. Ha adaptado a Tolstói y, ya en el 2010, con 'Mrzim istinu!' (Odio la verdad) sorprendió en el Festwochen de Viena con su intento de “invitar a la gente a salir a la calle para mejorar un poco la sociedad”. Sus producciones, que tratan hechos reales de nuestro tiempo, son siempre sorprendentes, radicales y no exentas de polémica.

Sanja Mitrović
(Serbia, 1978)
Serbia de nacimiento, pero afincada entre Ámsterdam y Bruselas desde hace más de una década, Sanja Mitrović debutó con una pieza autobiográfica titulada 'Will You Ever Be Happy Again?', en la que se ponía cara a cara con el performer de Alemania del Este Jochen Stechmann para dialogar sobre cómo era ser de un país condenado al ostracismo. Hizo más de 150 funciones. En el 2009 fundó la compañía Stand Up Tall Productions. Del 2017 al 2019 fue la artista residente del Centre Dramatique National Orléans y en el 2019 estrenó su primer espectáculo en la Schaubühne berlinesa, 'Danke Deutschland', en el que hacía conversar a vietnamitas emigrados a Berlín y a alemanes del este y del oeste. Sus producciones más recientes son 'Demeter Calling' (KVS, Bruselas, 2021), 'My Revolution Is Better Than Yours' (Centre Dramatique National Nanterre-Amandiers, 2018) y 'I Am Not Ashamed of My Communist Past' (BITEF Theatre, Belgrado, 2016). Como actriz, ha trabajado, entre otros, para Milo Rau. Con su compañía, está centrada en el teatro comprometido social y políticamente (en colaboración con otras disciplinas), que refleja los procesos de cambio de la sociedad europea.

Demeter Calling (2021)_Teaser from Stand Up Tall Productions on Vimeo.

Alexandra Badea
(Rumanía, 1980)
La dramaturga y directora rumana es, hoy en día, uno de los nombres importantes del teatro francés, gracias, sobre todo, a 'Pulvérisés' (2012), que ganó el gran premio de literatura dramática y ha sido montada en Francia, el Reino Unido, Bélgica, Alemania, Grecia, Austria y Suiza. Hemos podido ver tres de sus textos en el OUI! Festival de Teatro en Francés de Barcelona: 'Je ne marcherai plus dans les traces de tes pas', 'Europe connexion' y la propia 'Pulvérisés'. Es habitual de La Colline de Wajdi Mouawad, donde se han estrenado 'Points de non-retour', 'Transfuges' y 'À la trace'. Y ha dirigido obras de Frédéric Fisbach, Jonathan Michel, Cyril Teste y Anne Théron, entre otros. Su escritura está vinculada a la actualidad y a la realidad del mundo, con una presencia importante de su pasado rumano. Sus personajes son seres humanos, perseguidores y víctimas de una especie de esclavitud moderna. Relaciona con gracia la intimidad, el socialismo y la política. En el Timbre 4 de Buenos Aires programaron 'Conexión Europa' el año pasado.

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