Proyectado por Josep Fontserè i Mestre e inaugurado en 1876, dio respuesta al imparable aumento del comercio al por mayor y de la congestión del Mercado de la Boqueria, que entonces era el mercado central de la ciudad. Se trataba de una medida provisional que se alargó cincuenta años durante los cuales se hizo patente que el Mercado del Born no podía sostener mucho más el crecimiento demográfico y económico de la época. Por eso en 1962 se convocó un nuevo concurso público y el lugar escogido para trasladar el mercado fue la Zona Franca, con un nuevo centro que se denominaría Mercabarna.

Una nueva etapa, 10 kilómetros hacia el oeste

Este traslado favoreció que el mercado mayorista se convirtiera en pionero en Europa, y hoy reúne más de doscientas empresas y su sector de frutas y hortalizas mueve más de dos millones de toneladas de productos. Además, permitió la supervivencia del pequeño y mediano comercio de alimentos frescos de Cataluña. Ahora bien, el cambio tuvo un impacto enorme en la vida diaria del barrio de la Ribera. El mercado lo había dotado de una vitalidad, una identidad y un tejido social propios ligados al comercio, y los negocios como tiendas, bares o agencias de transporte que vivían de la actividad que generaba desaparecieron.

Para recordar y celebrar este momento de la historia del mercado, del barrio y de la ciudad, el Born Centro de Cultura y Memoria, Mercabarna y Mercats de Barcelona organizarán una serie de propuestas culturales, populares y festivas a lo largo del segundo semestre del año, como conferencias sobre alimentación, la feria Mercat de Mercats, una fiesta en Mercabarna con música y deporte, y una muestra fotográfica, entre otros.

Fotos: Ignasi Marroyo, Colita y Pérez de Rozas.