Cinco jardines para pasear por Barcelona

Descubre algunos de los entornos naturales más mágicos de la ciudad.

15/02/2021 08:00 h

Ajuntament de Barcelona

Si eres de esas personas que necesitan conectar con la naturaleza para ser feliz, estás en la ciudad acertada: Barcelona dispone de una amplia oferta de parques y jardines para que disfrutes de la naturaleza al lado de casa, cómo quieras y con quién quieras.

En este artículo te presentamos cinco de estos espacios donde podrás encontrarte con familiares y amigos, dar un paseo, pasar un buen rato al aire libre, generar un espacio de ocio o, simplemente, relajarte.

El parque de Cervantes

Situado en los antiguos terrenos del torrente Estela, este parque ofrece una vegetación copiosa, frondosa y dotada de un gran atractivo. El recinto combina diferentes especies de árboles (adelfas, olmos de Siberia, tipuanas, tilos o pinos) que le aportan un encanto añadido. El parque de Cervantes es conocido, sobre todo, por la colección de rosas. Con más de diez mil rosales de especies y variedades diferentes, la rosaleda permite a los visitantes viajar por Asia, Oriente Medio, Europa y América. El aroma de estas flores sorprende al visitante nada más entrar.

La arquitectura también tiene un lugar en el parque de Cervantes. El espacio reúne dos monolitos (uno de piedra, dedicado al escritor y diplomático Àngel Ganivet, y el otro en homenaje a Concha Espina), dos esculturas (Rombes bessons y Serenitat) y una plaza de sablón con juegos infantiles, mesas de pimpón y una fuente.

El Turó Park

El Turó Park es un cóctel de sencillez y elegancia que despierta ganas de volver a cualquiera que le dedique un tiempo. El parque acoge a los visitantes con una riqueza seductora de especies y árboles de gran tamaño y edad, que van desde encinas hasta magnolias, pasando por pimenteros falsos, cedros del Himalaya, plátanos, palmeras o los árboles del amor.

Creado a principios del siglo XX, el recinto representa un conjunto de sombras con pequeños bosquecillos, parterres de hiedra, caminos curvilíneos y rincones paisajísticos de gran belleza. Un estanque en la entrada principal y otro lleno de ninfas, una gran área de juegos infantiles o una pradera de grandes dimensiones son algunos de los elementos que enriquecen el parque.

Uno de los elementos más importantes del Turó Park son las esculturas. Encontramos, entre otras, las dedicadas a Pau Casals y a Francesc Viñas, el Oiseau o La ben plantada, una pieza de bronce esculpida en honor de Eugeni d’Ors. La guinda del pastel la pone un recorrido poético que lleva la firma del espacio y que permite visitarlo a través de artistas de la talla de García Lorca, Sylvia Plath, Salvador Espriu o Alfonsina Storni.

Los jardines de Ca n’Altimira

Si buscas un espacio íntimo y romántico, los jardines de Ca n’Altimira son, sin duda, la opción más acertada. La espesa vegetación, de hojarasca perenne, genera una misteriosa atmósfera de luces y sombras que permite disfrutar del parque con tranquilidad.

Dotados de árboles centenarios —como los pinos carrasco o australianos—, estos jardines se sitúan en un nivel más elevado con relación al resto del terreno. Este hecho permite establecer dos zonas diferenciadas, que se comunican con un par de puentes (uno de piedra y el otro de madera y acero). El parque tiene, también, una sala hipóstila con vueltas que parten de 36 columnas románicas de piedra arenosa. Tampoco falta, por descontado, el área infantil.

El parque de Carles I

Este espacio forma parte del gran parque del litoral. Situado en un vértice del parque de la Ciutadella, el parque dispone de seis grandes áreas que engloban superficies amplias de césped, un largo canal de agua, hileras de árboles de mucha altura —como cipreses y plátanos— y suelos pavimentados.

Las grandes dimensiones del recinto le permiten cumplir con expectativas muy diferentes: es un lugar idóneo por la práctica deportiva y también para relajarse, con varias áreas de descanso. Las arboledas casan a la perfección con las colinas suaves y la gran plaza, que en conjunto dotan al espacio de personalidad.

Por si no fuera suficiente, el parque de Carlos I dispone de El cul, la escultura de Eduardo Úrculo que se alza con 6 metros para rendir homenaje a Santiago Roldán. Por otra parte, el recinto tiene una zona de recreo para perros. Se trata de un parque para todos los gustos, sin duda.

El Jardín Botánico

Aunque tradicionalmente haya sido catalogado como un espacio de colección de plantas exóticas o rarezas botánicas de los siglos XVIII y XIX, el Jardín Botánico ha evolucionado, en los últimos años, hacia una propuesta más científica. Actualmente, este recinto sigue criterios de sostenibilidad, con un recorrido arquitectónico que remarca y realza las diferentes especies vegetales.

El jardín, a través de ocho fitoepisodios, presenta la diversidad botánica del clima mediterráneo. Las ocho escenografías vegetales invitan a viajar por Australia, California, Chile, Sudáfrica, el norte de África, el Mediterráneo oriental, la península, las islas Baleares y las Canarias.

Los espacios del parque se organizan a partir del aprovechamiento de las pendientes de la montaña y la combinación de parcelas triangulares presentes en todo el recorrido, que aprovechan las diferentes orientaciones posibles del sol y la luz teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada especie.

Recuerda que para evitar la propagación de la COVID-19 está prohibido temporalmente acceder a los parques y utilizar los juegos infantiles de 20.00 a 7.00 horas.

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