Con la intervención se preservará la esencia del teatro de barraca y se recuperará su patrimonio arquitectónico con el uso de materiales como la madera y el hormigón visto.

La rehabilitación del equipamiento municipal permitirá dar respuesta a las necesidades funcionales y operativas del nuevo Teatre Arnau, centradas en la integración de tres áreas principales: memoria, comunidad y territorio y artes escénicas. Por lo que se refiere a los usos culturales previstos, el teatro se concibe como un espacio polivalente que será el escenario de actividades de artes vivas, artes escénicas y otras manifestaciones culturales que históricamente se han desarrollado en este espacio. Además, se pretende fomentar el trabajo comunitario y el arraigo a los barrios adyacentes al teatro, como el Poble-sec, el Raval y Sant Antoni, implicando tanto al vecindario como a entidades, iniciativas y profesionales del sector cultural en el proyecto.

Tras la recuperación de las salas Paral·lel 62 y El Molino, la rehabilitación del Teatre Arnau, dotada con un presupuesto de 10.174.841 euros, permitirá recuperar otro espacio emblemático para la ciudad y dotarlo de una infraestructura moderna y adaptada a los nuevos requisitos. Además, la reapertura del nuevo Arnau coincidiría con la apertura de los primeros tramos de La Rambla remodelada.

El edificio del Teatre Arnau, que había cerrado en el año 2004, fue comprado por el Ayuntamiento a la Iglesia Evangélica China en el año 2011. Aunque, a causa de las deficiencias estructurales que presentaba, se había considerado la posibilidad de derribarlo, finalmente se determinó salvar el inmueble, el último teatro de barraca que se conserva en Cataluña.

Desde poco después de cerrar, el Teatre Arnau ha seguido ofreciendo funciones, aunque fuera del teatro y de manera itinerante, en espacios públicos como la plaza de Santa Madrona, el Fossat del Mercado de Sant Antoni, Paral·lel 62 o la plaza de Raquel Meller.