La actuación policial se llevó a término el 12 de junio y movilizó a unos 150 agentes de los dos cuerpos de seguridad. El objetivo era verificar la legalidad de los productos comercializados, especialmente los que contienen cannabinoides (CBD), un componente del cánnabis conocido como marihuana legal, que no tiene efectos psicoactivos porque no contiene THC (tetrahidrocannabinol).

Las autoridades mantienen abierta la investigación y no se descartan nuevas actuaciones.

Se han interpuesto 62 denuncias por infracciones administrativas y se investigan ocho personas por tráfico de drogas

Durante la operación se inspeccionaron 17 establecimientos conocidos como grow shops, dedicados a la venta de semillas de vivero y productos relacionados con el CBD.

Se identificó a 37 personas y se interpusieron 62 denuncias por distintas infracciones administrativas relacionadas con contrabando, seguridad ciudadana, sanidad vegetal, venta irregular de semillas, etiquetado y envasado incorrecto, uso indebido de sistemas de videovigilancia y publicidad engañosa, entre otros.

Ocho personas están siendo investigadas como presuntas autoras de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas.

Se han intervenido más de 21 kilogramos de marihuana, 2.249 productos con CBD y 19.300 semillas no autorizadas para ser comercializadas

En el transcurso del dispositivo, se decomisaron 21 kilogramos de marihuana, 2.249 productos con CBD —como vapeadores, caramelos y cremas— y 19.300 semillas no autorizadas para la comercialización. También se intervinieron 125 bolsitas y 15 gramos de hachís, un gramo de cocaína, 4,5 gramos de ketamina y una defensa extensible.

Los agentes también detectaron objetos de uso cotidiano manipulados para esconder sustancias estupefacientes, como mecheros, pilas, latas de bebida y tarros de espray, que han sido requisados como prueba.

Los productos con CBD solo pueden comercializarse si cumplen unos requisitos muy estrictos

Según la normativa vigente, los productos con CBD solo pueden comercializarse si cumplen unos requisitos estrictos: tienen que contener menos del 0,3 % de THC, el componente psicoactivo de la planta.

Por encima de este porcentaje de THC, el producto se clasifica como sustancia estupefaciente, lo que implica responsabilidad penal.

También tienen que estar correctamente etiquetados y no pueden incluir indicaciones terapéuticas. Además, los aceites y otros preparados con CBD destinados a uso alimentario no están autorizados en España.