Un modelo municipal integral de atención a la drogodependencia

El modelo innovador de atención municipal a la drogodependencia se basa en el despliegue de recursos y servicios integrales e incluye la puesta en marcha de un centro para alojar a personas sin hogar con adicciones y diez salas de consumo inyectado supervisado. Los indicadores demuestran que el modelo mejora la salud y la autonomía de las personas que reciben atención especializada y no genera un impacto negativo en el entorno.

16/12/2022 12:05 h

Ajuntament de Barcelona

El modelo incluye la promoción de la salud, la prevención y la puesta en marcha de servicios de acompañamiento y apoyo, que tienen un doble objetivo: tratar a las personas que quieren dejar las adicciones y reducir los daños de las personas que no quieren o no pueden iniciar un tratamiento. En los últimos cuatro años, el presupuesto de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) para hacer frente a la drogodependencia ha aumentado un 82 % y ha pasado de 5,92 a 10,71 millones de euros.

Un modelo de atención integral a las drogodependencias

La ciudad tiene un modelo de atención a la drogodependencia integral que incluye tanto los tratamientos como los programas de reducción de daños, y su despliegue se ha llevado a cabo mediante la habilitación de equipamientos, servicios y programas de apoyo y acompañamiento a las personas con drogodependencia:

  • Los centros de atención y seguimiento (CAS): los quince centros repartidos por la ciudad son uno de los principales recursos municipales de atención a las drogodependencias. Todos ofrecen servicios integrales con acceso a tratamiento y a programas de reducción de daños, y nueve de los equipamientos incluyen también espacios de consumo supervisado. El acceso a los centros es por vía directa, sin necesidad de derivación. En el caso de los tratamientos se recomienda pedir cita por teléfono al equipamiento que corresponda por distrito. Todos los equipos atienden a personas mayores de 18 años, excepto el CAS Horta-Guinardó, que también atiende a adolescentes.
  • Programas de reducción de daños (REDAN): tienen el objetivo de reducir los efectos negativos y los riesgos del consumo activo de drogas en la salud individual y colectiva. Se dirigen a las personas que no pueden abandonar el consumo o están en las primeras fases del tratamiento. Por una parte, se les pone en contacto con equipos profesionales que ofrecen prestaciones sociales y sanitarias y educación sanitaria, y se trabaja la vinculación con los servicios. Por otra parte, se les facilita material estéril, como jeringas o preservativos, para reducir el riesgo de infección asociado con el consumo de drogas. Entre los servicios REDAN también están los espacios de consumo supervisado. La mayoría de los programas REDAN están integrados en los CAS, excepto algunos recursos específicos.
  • El Centro de Acogida para Personas sin Hogar con Adicciones: el equipamiento se abrió para facilitar el confinamiento de las personas sin hogar con adicciones durante la pandemia. La continuidad en el uso del centro por parte de las personas usuarias ha consolidado de manera definitiva este espacio, que en marzo se instaló de forma permanente en el distrito de Horta-Guinardó.

Más salud y autonomía para las personas usuarias

Para aumentar la efectividad de este modelo, ha sido clave la apertura del Centro de Acogida para Personas sin Hogar con Adiciones, en el distrito de Horta-Guinardó. Se trata de un equipamiento pionero en Cataluña, con capacidad para 50 personas y una inversión anual de 2,5 millones de euros.

Los datos de atención recogen que en torno al 30 % de las personas que viven en este equipamiento mejoran de manera notable su situación y que se produce un descenso destacado en el consumo de drogas, entre el 50 y el 70 %, según la sustancia.

De las 213 personas atendidas, unas sesenta han completado con éxito el proceso de mejora de la autonomía y han podido acceder a una vivienda privada, compartir piso con otras personas, pasar a vivir en un piso de inserción, ingresar en una comunidad terapéutica, recuperar el vínculo familiar o ingresar en algún otro centro de la red para personas sin hogar que no permiten el consumo de sustancias en su interior.

La existencia de un equipo permanente de coordinación, vigilancia y seguimiento con el Distrito de Horta-Guinardó ha sido clave para garantizar la convivencia vecinal y evitar un posible impacto negativo del equipamiento. De hecho, los centros educativos más próximos han registrado un aumento de las solicitudes de escolarización en el último curso.

Un sistema ejemplar y reproducible

Los buenos resultados señalan la efectividad de un modelo que se debería ampliar y reproducir, tanto en el área metropolitana como en el resto de Cataluña, para unificar el abordaje de la drogodependencia en todo el territorio.

El 23 % de las personas atendidas en el Centro de Atención y Seguimiento (CAS) a la Drogodependencia de Baluard no vive en la ciudad. De las 14 salas de consumo inyectado supervisado que existen en Cataluña, 10 se encuentran en Barcelona. Además, el Centro de Acogida para Personas sin Hogar con Adiciones es el único que existe en el territorio.

El Consistorio ha trasladado a la Generalitat de Catalunya la petición de extender el modelo, y la Generalitat ya se ha comprometido a financiar el 25 % del Centro de Acogida.

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