El Taller Masriera, para el vecindario de L’Eixample

El barrio de la Dreta de l’Eixample tendrá un nuevo equipamiento después de que el Consistorio haya adquirido el Taller Masriera a través de un convenio de colaboración con la Fundación Privada Pere Relats, propietaria actual de la finca histórica.

02/07/2020 19:05 h

Ajuntament de Barcelona

El acuerdo entre las partes se ha realizado a través de una permuta, un intercambio con el que la Fundación Pere Relats adquirirá la finca municipal situada en la calle de la Llacuna, 26.

Los vecinos y vecinas y el tejido cultural del barrio han reclamado largamente la ampliación de la red de equipamientos públicos de proximidad en el distrito de L’Eixample, con el foco puesto en el Taller Masriera. La adquisición llega después de años de seguimiento, contactos y conversaciones para hacer posible este espacio.

L’Eixample y los equipamientos públicos

El de L’Eixample es, con diferencia, el distrito de Barcelona que dispone de menos superficie de equipamientos por habitante. Esta nueva adquisición permite dar respuesta a las necesidades de los agentes culturales y vecinales del entorno.

Para definir los usos definitivos de los espacios del Taller Masriera se llevará a cabo un proceso participativo para recoger las propuestas, opiniones y necesidades del sector cultural y del tejido vecinal.

El Taller Masriera, un edificio con mucha historia

La finca del Taller Masriera está incluida en el Catálogo de protección del patrimonio de la ciudad como bien cultural de interés local, en gran parte por la singularidad del edificio.

La obra, del arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas, sigue el estilo neoclásico y se construyó en el año 1882. Fue concebida como taller para pintores y escultores. En los años veinte el edificio se transformó en un pequeño teatro donde actuaba la compañía Els Belluguets, pero el estallido de la Guerra Civil Española suspendió la actividad hasta el año 1939. En aquel momento, la sala se convirtió en la sede de la sociedad teatral Club Helena, que programaba teatro y cine.

En los años cincuenta, el edificio se vendió al Centro Social de Actividades Culturales y Religiosas, y se instaló en él una comunidad de religiosas de la Compañía del Sagrado Corazón. En el año 2009, la finca se cedió a la Fundación Privada Pere Relats.

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