La instalación que propone la Escuela Massana para los jardines de Xavier Benguerel busca introducir a la persona visitante en un espacio de desconexión, de serenidad. Se crea un estado de ánimo inspirado en la hipnótica fascinación que provoca la contemplación de los reflejos sobre la superficie del agua. Este efecto se reproducirá con un conjunto de piezas giratorias (cilindros de vidrio plástico iluminados desde dentro) que proyectan sobre el suelo una superficie de luz acuosa en movimiento. Este juego de reflejos bailará gracias a la interacción con las personas visitantes: serán ellas quienes generen la textura relajante del mar.

Esta evocación es también un recuerdo de la relación del mar con el Poblenou, una presencia tan importante como cambiante. En todo caso, la Escuela Massana reconecta con este elemento desde la metáfora de la naturaleza huidiza del estado líquido y sus imprevisibles juegos con la luz. Un vehículo de transformación, calma y conexión, como el que podrían crear las ruedas de oración budistas.

ALUMNADO: Jennifer Andrés, Andrea Argibay, Júlia Bertomeu, Carla Compañó, Lídia Díaz, Esther Dobón, Alizée Doret, Nikole Juvencio, Lola Liñán, Jan Marimón, Tania Martín, Bernat Navarro, Mar Ollé, Marina Petrus, Delphine Pirivaki, Sofia Pshenichny, Andrea Velasco y Maria Yébenes

TUTORES/AS: Èlia Clemente, Romina Gris, Joaquin Pérez y Anna Tantull

PATROCINIO: Mobles Pirineus y Complas