Ganar por méritos propios

Mural amb el text

La pandemia ha pasado una severa factura al sector cultural, especialmente en ámbitos presenciales como el teatro y la música; los artistas se han visto obligados a pedir ayudas y subvenciones para subsistir y la Administración los ha rescatado hasta donde ha podido.

Y llega el día en que tu hijo para el juego, te mira a los ojos y te dice: “Te estás dejando ganar. A mí no me engañas”. Es la primera advertencia de la emancipación que vendrá, el momento en que el hijo te cuestiona la condescendencia. Ya es lo bastante mayor, sabe que los Reyes son los padres, así que en el tablero ya sois iguales y quiere ganar por méritos propios. No quiere paternalismos.

Los creadores también recelan a menudo, con razón o sin ella, de la generosidad de los poderosos. La pandemia ha pasado una severa factura al sector cultural. Los artistas se han visto obligados a pedir ayudas y subvenciones para subsistir, y la Administración los ha rescatado hasta donde ha podido. La sensación de deuda del artista hacia los organismos públicos puede llegar a oscilar entre la gratitud y el resentimiento. A la intemperie es difícil mantener una actitud de rebeldía respecto al poder, salvo que no tengas nada que perder, porque eres muy rico o muy pobre.

El creador se encontrará en falso si compromete su libertad de expresión con concesiones al poder. Debe mantener un pulso con el discurso cultural dominante, normativo, ortodoxo, si no quiere que su arte se vuelva inocuo, insulso, inútil. Solo podemos hacer de contrapeso al poder desde una independencia radical. El artista no puede renunciar a subvertir el orden, debe recordar constantemente a los poderosos que puede ganar la partida por sus propios medios. 

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