Hacia una cultura sostenible

Espectacle Afasia de Marcel·lí Antúnez. © Carles Rodríguez

La declaración del estado de emergencia climática en Barcelona ha despertado un consenso transversal, al que se han sumado casi todos los agentes del espectro ideológico. Es el anuncio de un cambio mental que tendrá también su traducción en una transformación de la cultura, que se tiene que redefinir ella misma en términos de sostenibilidad, pero que a la vez tiene que ser correa de transmisión y catalizadora de este cambio.

El vacío que deja el final del procés político abre las puertas a reformular compromisos, si puede ser de base más amplia. La cultura tiene que reforzar la dirección democratizadora, siempre de la mano de valores como la sostenibilidad. Solo así podrá conquistar la centralidad en este nuevo contexto. No es suficiente reclamar el 2 % del presupuesto, sino que se deben redefinir las prioridades de la cultura para que ocupe un espacio realmente relevante en nuestras vidas.

El tsunami de la activista Greta Thunberg se puede servir de las energías civiles que han impulsado el procés y recanalizarlas hacia un proyecto que amplíe todavía más la base de una revolución que debe ser tranquila, pero que también es necesaria y urgente.

El momento nos emplaza a nuevas miradas y actitudes. La década que abrimos reclama voces e ideas frescas que puedan hacer frente a los retos que pide este momento.

El boletín

Suscríbete a nuestro boletín para estar informado de las novedades de Barcelona Metròpolis