Barcelona Metropolis

Las iniciativas para frenar la decadencia de la vieja arteria de los teatros de Barcelona dibujan un prometedor horizonte. El nuevo Paral·lel empieza a tomar forma con los escenarios, pero no solo: residencias de estudiantes y oficinas configuran el futuro del tramo inicial, junto a las Drassanes, mientras que la gastronomía de renombre mundial prolifera en torno a la plaza de Espanya, puerta de entrada que, en el futuro, será un espacio más amable.

Hace ya varios años que la vieja avenida de los teatros de Barcelona intenta recuperar algunos de los esplendores del pasado. Pero lo cierto es que muy difícilmente el Paral·lel volverá a tener la preponderancia de antaño, ni tampoco gozará otra vez de la predilección de tantos barceloneses, ni volverá a ser ese paseo con una vida ciudadana que llegó a rivalizar, los domingos, con la de la mismísima Rambla en sus mejores tiempos, durante tantos lustros inmortalizada en instantáneas en blanco y negro.

Los vaivenes políticos de los últimos años y la sucesión de consistorios de signos políticos distintos no han ayudado a encontrar un rumbo fijo. De hecho, el Paral·lel ha sido el escenario de muchas batallas y enfrentamientos, algunos realmente virulentos. Sin embargo, el horizonte de la avenida ya no se vislumbra indefectiblemente decadente. La recuperación tras la pandemia, en estas latitudes, fue mucho más rápida de lo esperado. En estos momentos, varios proyectos e iniciativas dibujan ya el futuro de tan singular arteria. Este recorrido muestra la nueva cara del Paral·lel.

La avenida de los estudiantes

Los males del Paral·lel se diluyen cuesta abajo, y la avenida se vuelve más triste a medida que uno desciende por ella. Nuestro paseo arranca en el extremo más lóbrego de la arteria. ¿Recuerdan la discoteca Brisas del Caribe? Aquí las peleas eran habituales, hasta que un intento de robo en pleno día frente a sus puertas se saldó con un muerto a puñaladas. Entonces el Ayuntamiento logró cerrarla. Ahora, en este punto del lado de montaña de la vía, avanzan las obras de una nueva residencia universitaria con 334 habitaciones y 538 camas que, según los promotores, abrirá el próximo curso.

Además, justo enfrente, en el lado del Raval, avanzan también los trabajos de otros dos equipamientos de este tipo. A principios del próximo año se levantarán dos edificios de diez y cinco plantas, uno con 164 plazas y 5.564,2 m², y el otro con 184 plazas y 6.533,13 m². En total, las tres residencias de estudiantes que pronto se levantarán a ambos lados del Paral·lel sumarán hasta 886 plazas. Estas aberturas arrastran, sin embargo, discrepancias vecinales. No son pocos quienes creen que la llegada de cientos de universitarios dispuestos a pagar al menos mil euros al mes por una habitación y un montón de servicios revitalizará la avenida y sus alrededores. Otros muchos vecinos, sin embargo, están convencidos de que estos establecimientos acaban funcionando como hoteles encubiertos, y que una inyección tan importante de población flotante agravará la masificación turística y la gentrificación.

Pero que nadie se sienta engañado. Las dimensiones del nuevo Arnau no le permitirán albergar grandes producciones al estilo de Broadway. Aun así, el Ayuntamiento también tiene en la arteria El Molino y el Paral·lel 62, y muy cerca el Tantarantana, en el barrio del Raval. A ellos hay que sumarles el Apolo, el Condal y el Victòria, los tres teatros privados de la avenida. Fuentes del sector celebran que las expectativas sean buenas y subrayan que, en estos momentos, los plenos son mucho más frecuentes que antes de la pandemia, y que la llegada de El Mago Pop cuando compró el Teatre Victòria supuso un revulsivo en las taquillas.