“Retroprogresismo” y elogio de la tecnocracia

Barcelona pròxima es, aparte de un gran elogio de la tecnocracia, un manual de urbanismo, una biografía intelectual, un compendio de historia urbana, un ensayo de filosofía y un reportaje periodístico. El libro de Ulied es una de aquellas obras que más de una editorial se arrepentirá de no tener en su catálogo cuando sea una obra de referencia.

En El gran novel·loide sobre Barcelona que hace de epílogo actualizado a la reedición de La ciutat interrompuda, Julià Guillamon dice que “criticar Barcelona ha esdevingut producte, promoció i negoci” [criticar a Barcelona se ha vuelto producto, promoción y negocio]. No le falta razón y, desde ya hace años, una de las derivadas de este fenómeno, asociado a la fama de la marca (más que el modelo) Barcelona, es la proliferación de libros de todo tipo sobre la capital catalana. Por eso sorprende y hay que celebrar el libro más de alabanzas que crítica a la ciudad que el ingeniero urbanista Andreu Ulied ha titulado Barcelona pròxima y ha subtitulado, tomando prestadas referencias de Martin Heidegger y Richard Sennett, Construir, habitar, pensar les ciutats. Se trata de un encargo y edición municipales que más de una editorial se arrepentirá de no tener en su catálogo cuando se vuelva obra de referencia. Porque eso será el libro de Ulied, a la vez que manual de urbanismo, biografía intelectual y generacional, compendio de historia urbana, ensayo de filosofía y reportaje periodístico muy documentado y de muy buen leer.

Quedar claro que Barcelona pròxima es un libro importante. A pesar de que sin las pretensiones ni el aura de un autor de renombre, quizás habrá que situarlo a la altura del Barcelones, de Manuel Vázquez Montalbán, justamente reeditado, casi en paralelo, por el mismo Ayuntamiento. Se  pueden encontrar tanto parecidos como diferencias: Vázquez Montalbán gana en los apartados gráfico, poético, periodístico y de relato histórico; Ulied tiene ventaja en los campos filosófico, técnico, de conocimiento de la administración local y de urbanismo comparado. Pero lo que justifica este involuntario efecto espejo es que Barcelona pròxima —que apenas cita de paso Vázquez Montalbán y ningunea igualmente nombres, actores y escenarios clave de Barcelones, como Josep Maria Huertas, Paco Candel, las asociaciones vecinales o muchos barrios— se puede leer como símbolo o referente de cierta hegemonía cultural en la ciudad de hoy.

Quizás no lo han buscado así ni el autor ni aún menos los editores, pero el relato de Ulied funciona como negativo actual de la Barcelona preolímpica que retrató Vázquez Montalbán y, al mismo tiempo, como reverso de la moneda de curso legal, en ciertos ambientes intelectuales, acuñada por las obras del antropólogo Manuel Delgado y por el Ciutat Princesa de la filósofa Marina Garcés. Ella sí, por cierto, sale ampliamente referenciada en Barcelona pròxima (casi tanto como el arquitecto Vicente Guallart) y le sirve al autor para cerrar la obra reivindicando “la actitud de resistencia activa de las comunidades y de los movimientos sociales” y la razón poética de Heidegger. Un colofón que remarca el concepto de retroprogresismo (Heidegger es esto, igual que Ildefonso Cerdà y su apuesta por ruralitzar las ciudades) que impregna toda la obra y que, a su vez, quiere maquillar (con la referencia a los movimientos sociales, que salen tan poco como las vecinas y vecinos) el gran elogio de la tecnocracia que es el libro entero.

“Según Hannah Arendt, discípula de Heidegger, y su amante durante cierto tiempo, el intento de hacer pensar críticamente a los arquitectos y los ingenieros era imposible”, recuerda Ulied. Pero él se lo supera bastante bien, ampliando el alcance del sentido crítico a otros profesiones y colectivos y completando la ecuación Heidegger-Arendt con Cerdà y Sennet (y, de paso, un poco de Saskia Sassen). Ulied, que trabaja de consultor por todo el mundo, nació en Sant Andreu, vive en la Vila Olímpica y ha escrito el libro desde la casa familiar de Sant Miquel de Balenyà, de donde él mismo es concejal de Urbanismo por ERC. En Barcelona pròxima hace todo el ejercicio desde una admiración confesa por “el ingeniero utópico y el político pragmático” que fue Cerdà. Y sobre todo, a pesar de esconderse detrás de ambigüedades y asumir o plantear fuertes contradicciones, escribe desde el elogio a la ciudad... y a la tecnocracia del alcalde franquista José María de Porcioles y del ingeniero urbanista Albert Serratosa.

Serratosa y Porcioles son los verdaderos protagonistas del libro, a pesar de que Pasqual Maragall, Oriol Bohigas, Jordi Borja, Manuel Castells, Oriol Nel·lo, Joan Roca, Josep Maria Montaner o el difunto Joan Antoni Solans sean secundarios de lujo que también han construido, habitado y pensado la ciudad. Quizás ahora alguno de ellos, o algún otro, la querrá repensar de nuevo y, en pro de otra hegemonía cultural, contradecir a Ulied como “Arendt contradecía a Heidegger, y Sennet la contradice a ella”. Ni que sea para intentar entender y hacer entender, desde Barcelona en el mundo, la paradoja (más brutalista que retroprogresista) de que Ulied abre descarnadamente (y no cierra) cuando contrapone el joven Younes, de Ripoll, que perpetró el atentado de las Ramblas de Barcelona, en agosto del 2017, con Mohamed Atta que estudió arquitectura, ingeniería y planificación urbana y, en septiembre de 2001, estrelló un avión contra las torres gemelas de Nueva York.

Barcelona pròxima. Construir, habitar, pensar les ciutats, Andreu Ulied
– Ayuntamiento de Barcelona, 320 páginas –
Barcelona, 2019

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