Un reenfoque necesario

​L’Edifici Atalaya, la Casa de la Meridiana d’Oriol Bohigas i l’Illa Escorial, a Barcelona; i el Walden 7 de Ricard Bofill a Sant Just Desvern

En ocasiones parece que el paisaje urbano de Barcelona sea el resultado del plan desarrollado con motivo de las Olimpiadas de 1992. Aunque hasta cierto punto eso es cierto, la realidad es que la modernización de la ciudad se inició durante la década de 1950, dentro del periodo que fue denominado desarrollismo. Analizar ese proceso de modernización es el cometido que el arquitecto Paolo Sustersic lleva a cabo en su riguroso estudio Barcelona brutalista y tardomoderna. La construcción de un paisaje a escala metropolitana (1953-1976).

Con este trabajo, Sustersic arroja luz a un periodo que era muy necesario abordar y cohesionar en profundidad, y que ha recibido escasa atención y difusión. Posiblemente, se deba a su vinculación con el incómodo periodo de la dictadura franquista, que, asimismo —como el autor plantea con evidente sorpresa—, no se ha investigado en relación con el brutalismo y la arquitectura tardomoderna, pese a sus numerosas influencias en el área de Barcelona. El propósito es, por tanto, reenfocar y proponer una nueva lectura del periodo, que es un excelente caso de estudio sobre la complejidad de los procesos de construcción del paisaje urbano.

El urbanista Francesc Muñoz firma un ineludible texto introductorio, perfecto prolegómeno para situar al lector en el contexto del periodo abordado y orientarlo en el recorrido por los contenidos. Alentado por su propuesta y partiendo del eje de la construcción del paisaje, Sustersic ha querido “proponer una interpretación que relacione el entorno visible con los procesos situados en las esferas de la política, la arquitectura y el urbanismo, que generalmente quedan ocultos o cuya memoria se pierde”. Podría decirse que se trata de un propósito netamente académico, que entiende que todo objeto es la cristalización de una serie de circunstancias y factores que se han de contemplar con atención para llegar a conclusiones críticas desde la objetividad. No obstante, la seriedad y voluntad de rigor que distinguen particularmente este trabajo adquieren un valor muy concreto en el momento actual, puesto que cada vez es más difícil desembarazarse de la inercia de los dogmatismos ideológicos, fundados en la falta de conocimientos, que abocan a simplificaciones tan burdas y tendenciosas como tergiversadoras.

Sustersic plantea su estudio en dos partes. La primera es un análisis pormenorizado del periodo cronológico, adentrándose en la complejidad política y social para entender los cambios producidos en la ciudad. Por un lado, hubo una voluntad modernizadora —que la dotó de viviendas populares con la intención de eliminar el chabolismo fruto del aluvión migratorio, así como de infraestructuras culturales, deportivas, religiosas y sanitarias—; por otro, la presión del mercado inmobiliario —queda patente en controvertidos edificios de escala monumental que redefinieron drásticamente el perfil de la ciudad—. En la segunda parte del libro, se ofrece una detallada catalogación de los edificios construidos a lo largo de ese periodo en Barcelona y su área metropolitana, clasificados según sus usos. Una completa selección que muestra el vigor de la arquitectura como agente transformador de la ciudad y su conversión en metrópolis. La descripción de cada edificio ha sido concienzudamente elaborada, tanto en lo concerniente al texto explicativo como a su ilustración gráfica, y se completa en muchos casos con una serie de referencias bibliográficas. Se recogen decenas de conjuntos residenciales, algunas casas unifamiliares y un buen número de edificios industriales, institucionales, culturales y de servicios. Desde la Manzana Escorial, premio FAD de Arquitectura 1962, hasta Ciudad Meridiana, el Walden 7 de Ricard Bofill en Sant Just Desvern, la Casa de la Meridiana de Oriol Bohigas, Josep Maria Martorell y David Mackay Goodchild o el Edificio Atalaya de la avenida Diagonal, premio FAD 1970-1971, por citar solo algunos.

Este planteamiento hace del volumen una obra de consulta obligada para quien desee introducirse en la construcción del paisaje arquitectónico de Barcelona, previo al gran salto global de la Ciudad Condal hacia “una realidad supramunicipal, primero comarcal y sucesivamente extendida a una entidad mayor definida como área metropolitana”. Se ponen de manifiesto los logros y fracasos de las políticas y decisiones arquitectónicas y urbanísticas de ese periodo, indudablemente crucial para el desarrollo de la moderna Barcelona e imprescindible para considerar los retos que la ciudad y su área de influencia afrontan. O, dicho tal vez de otro modo, para disponer de un presente anterior al que remontarse y poder comprender con claridad cuál es la ciudad real y su difícil complejidad, más allá de los artefactos y emprendimientos icónicos de las décadas recientes, que constituyen no solo una capa fracasada sino también superficial de esta ciudad.

Libro: Paolo Sustersic, Barcelona brutalista y tardomoderna. La construcción de un paisaje a escala metropolitana. Ámbito Servicios Editoriales y Ayuntamiento de Barcelona, 2022.

Otro de los temas principales del libro es el protagonismo del hormigón y la tendencia a mostrarlo desnudo y utilizarlo en todo su potencial durante este periodo. El lenguaje del New Brutalism, surgido en Gran Bretaña y afirmado en la arquitectura de Alison y Peter Smithson, fue inmediatamente adoptado por los arquitectos barceloneses. El libro puede considerarse también una firme reivindicación de este material, uno de los fundamentales de la arquitectura del siglo xx, y que hoy, debido a ciertas posturas ecologistas radicales, está viéndose cuestionado y relegado.

Así, en un presente cada vez más tendiente a la banalidad, Sustersic toma la ejemplar decisión de situarse en dirección opuesta a la corriente y profundizar en un momento muy sensible de la historia reciente, cuya forma de pensar y actuar son hoy duramente criticadas. Muchas de sus ideas y actitudes se consideran claramente tabús para la corrección política, a menudo autoritaria, que se empeña en determinar las direcciones que debe tomar la reflexión crítica. El desarrollismo apostó por una forma de progreso que hoy se percibe de manera negativa; no obstante, el esfuerzo de Sustersic es situar, con la mayor objetividad posible, esa definición de progreso dentro del contexto que le otorgó razón de ser. Algo que puede brindar al lector la posibilidad de contrastar y relacionarlo con los propósitos y las ideologías que intervienen hoy en la construcción del paisaje urbano.

Barcelona brutalista y tardomoderna. La construcción de un paisaje a escala metropolitana.

Paolo Sustersic

Àmbit Serveis Editorials i Ayuntamiento de Barcelona, 2022.

420 páginas

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