La emergencia sanitaria de la COVID-19 durante la aplicación del Real Decreto de estado de alarma en 2020 registró una movilidad extraordinaria y anómala, con reducciones que llegaron al -80 % en el volumen del tráfico privado y al -95 % en los desplazamientos en transporte público. Con las diversas fases de la desescalada, los desplazamientos de la ciudadanía volvieron a incrementarse. No obstante, se observó una recuperación más rápida de los medios individuales motorizados que de los colectivos.

Por ese motivo, el Ayuntamiento impulsó toda una serie de medidas para transformar el espacio público con el objetivo de convertir Barcelona en una ciudad más saludable y más humana y de distancias cortas. Algunas de estas medidas se han mantenido con el objetivo de mejorar la convivencia y la seguridad en los desplazamientos.

Por eso se aprobó la medida de gobierno Una nueva movilidad sostenible en un nuevo espacio público, que perseguía favorecer una movilidad segura, sostenible, saludable y eficiente: a pie, en transporte público y en bicicleta.

Al mismo tiempo, se promovieron una serie de actuaciones en el espacio público a fin de que los desplazamientos que se produjeran en la ciudad pudieran hacerse de la forma más segura posible, protegiendo la salud de las personas, y con medios de transporte no contaminantes.

El abanico de actuaciones incluyó la ampliación de aceras, mejoras de carriles bus, nuevos corredores bici o los cortes viarios en 34 vías secundarias. Al mismo tiempo, se adaptó todo el transporte público con el fin de cumplir los protocolos de desinfección y aforo de acuerdo con las medidas preventivas.