Entre las casi 300 pipas que guarda el Museo destaca la gran colección de pipas fabricadas con espuma de mar. Sepiolita, en alemán espuma (espuma de mar), es un mineral blando del que Turquía tiene los yacimientos más importantes. Desde el siglo XVIII, preferentemente en Europa central, fue el material favorito de los artesanos a la hora de fabricar pipas artísticas.

Desde mediados del siglo XIX hasta 1925 se desarrolló el punto más alto de este oficio, siendo Viena y otras ciudades del Imperio Austriaco como centros de producción de los más exquisitos ejemplares. La temática es variada: personajes históricos, alegóricos, exóticos o mitológicos, escenas cinegéticas o cotidianas y figuras femeninas.

Estas pipas a menudo se transmitían de padres a hijos como una valiosa reliquia familiar, y el color blanco original cambiaba a tonos dorados a medida que se usaban. Hoy en día, el mundo de los coleccionistas codicia las delicadas pipas de artesanos como Ludwig Hartmann & Eidam de Viena, Sommer Frères de París o Emanuel Czapek de Praga, bien representados en esta sala.