Esta espléndida talla de la Virgen con el Niño, procedente de Puentedura (Burgos), puede considerarse una de las mejores obras de la colección de vírgenes románicas del museo. Representa a María como Sedes Sapientiae, es decir, como trono de la sabiduría que se encarna en el divino niño.
Las dos figuras aparecen en una posición rigurosamente frontal y mayestática, madre e hijo mantienen una actitud distante entre ellos.
Destaca el tratamiento minucioso de los plegados de las túnicas y mantos, así como la belleza serena del rostro de la Virgen. El rigor de la composición y la tendencia al naturalismo encuentran su justo equilibrio.
La extraordinaria calidad de la obra y su estilo han llevado a relacionarla con las piezas realizadas en los talleres de Ille-de-France de la segunda mitad del siglo XII. En estas producciones aflora una nueva sensibilidad y una tendencia naturalista que las distancian de las imágenes más estereotipadas y populares, fruto de la producción de talleres locales.