Antoni Solá (Barcelona, ​​1780 - Roma, 1861) fue uno de los artistas más prestigiosos de su época. Retirado en Roma desde 1803, se instaló allí definitivamente y fue uno de los dos únicos extranjeros que ostentó la presidencia de la Academia de San Luca, principal divulgadora del arte neoclásico. Intervino en los principales asuntos culturales romanos, y defendió la imitación de los griegos y la búsqueda de la belleza ideal, visible en sus esculturas, discursos académicos y lecciones dirigidas a sus discípulos. Numerosos monumentos y obras adornan palacios, iglesias y plazas de Roma, Barcelona, ​​Madrid, La Habana, Bolonia, México... 

Enterrado en la Ciudad Eterna, las nuevas orientaciones estéticas y el paso del tiempo lo relegaron al olvido. Un siglo y medio después, esta es la primera exposición que quiere hacer justicia a uno de los grandes escultores del neoclasicismo.

Fechas : del 29 de abril al 27 de septiembre de 2009

Folleto de la exposición (PDF)

Publicación:  La belleza ideal. Antoni Solá (1780-1861). Escultor en Roma

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