A raíz de la rehabilitación de un edificio de la calle de Avinyó, en la ciudad vieja de Barcelona, ​​salieron a la luz la muralla, el paso perimetral interior y tres habitaciones de una casa romana del siglo I aC, con pavimentos, muros y muchos fragmentos de la decoración de las paredes y el techo. Hoy la conocemos como la Domus de Avinyó. Los paneles restaurados de las pinturas, que se pueden visitar en el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA Avinyó), muestran representaciones bellísimas de la musa Terpsícore y del rapto de Ganímedes, cenefas caladas, flores y pájaros. Entre los escombros, también apareció un graffiti revelador que nos remite al liberto Licinius Secundus, miembro destacado de la élite de Barcino, que probablemente habitó esta domus espléndida, en la decoración en la que virtió una vasta cultura artística y literaria .