La actividad propone tres reflexiones en torno a la muerte, centradas en sus percepciones, rituales y espacios, transformadas en tres paseos por la ciudad de Barcelona. Tres domingos para convertir la muerte en una experiencia vinculada a la vida y a la ciudad, saliendo a caminar y acercándonos a las costumbres funerarias de la cultura barcelonesa.

El tercer recorrido tiene lugar en el Cementerio de Montjuïc, el lado oculto de la montaña. Desde el mar comienza un camino de duelo que atraviesa todo el cementerio hasta llegar a la cima, donde se encuentran y dialogan la ciudad de los muertos y la ciudad de los vivos. Un itinerario que busca vincular la monumentalidad funeraria con la idea romántica de lo sublime en la naturaleza, estableciendo un paisaje emocional en el que la arquitectura y el entorno se fusionan en un solo relato.

Los paseos se complementan con un fanzine que ofrece documentación gráfica, teórica y contextual para profundizar en los contenidos. Habitar la muerte es también una forma de experimentar sus espacios y reconectarlos con la vida urbana y cotidiana.