Enric, cuando era niño, pensaba que solo los hombres hablaban, porque solo los podía oír a ellos. Como solo podía percibir los sonidos más graves, los tonos agudos de las mujeres le pasaban desapercibidos. Se convertían en niebla, niebla en sus orejas, una telaraña donde los sonidos se quedaban atrapados, de manera que para él era imposible descodificarlos.

Hasta que cumplió cinco años, nadie se dio cuenta de que Enric, que nació en 1984, era sordo. Él, que pertenecía a una familia de músicos, no podía oír la música porque sufría una sordera del 97 %. Sin embargo, aprendió a hacerlo, aprendió a tocar el piano y a cantar y a leer los labios y a utilizar los audífonos... También se hizo arquitecto y descubrió su pasión por el teatro, algo que lo llevó a hacerse escenógrafo y a convertirse en uno de los miembros de la compañía Els Pirates Teatre, que ha cumplido dos décadas de vida y de la que también forma parte su hermana gemela, Anna, bailarina y coreógrafa.

La familia de Enric escogió que fuera un niño normal y un adulto tan normal como lo pueden ser el resto de los adultos. Y así, desde la normalidad, es como siempre se ha relacionado con los demás miembros de la compañía que ahora han decidido rendirle homenaje y explicar cómo es vivir y convivir con la sordera en este espectáculo que huye de dramatismos (tal como Enric ha hecho durante su vida) y se aproxima a la realidad de las personas sordas con ternura, humor y música.

LA CRÍTICA HA ESCRITO:

"En un tono completamente alegre –lejos de traumas y complejos, ¡bravo!– se rompen mitos y prejuicios, se abordan vías y maneras de comunicación y de convivencia, se narran instintos e historias de superación, normalización y aceptación, y se presentan (momentos muy divertidos) informaciones didácticas y pedagógicas sobre cómo funciona el aparato auditivo y un tratado sobre los audífonos que se pueden adquirir en el mercado. Y para abordar el lado delicado (no todo tiene que ser de color de rosa), se recuerdan chistes, mofas y actitudes que, quien más quien menos, ha oído o presenciado –aunque no afirmaremos que haya participado en ellas, o sí– alguna vez en su vida". 
(ORIOL OSAN, NÚVOL)
https://www.nuvol.com/teatre-i-dansa/ser-normal-es-avorrit-147224?fbclid...

 "Boira a les orelles nos acerca a la vida de una persona normal que no se rindió ante las limitaciones impuestas de nacimiento. La familia de Enric, una familia de músicos que se dieron cuenta de que Enric era sordo a los cinco años, no se abandonó a la fatalidad, sino que le transmitieron todo lo que habían aprendido para que pudiera ser, antes que nada, un niño "normal" y, de mayor, un individuo con los mismos defectos y virtudes que cualquier otra persona".
(ANDREU GOMILA, EL TEMPS DE LES ARTS)
https://tempsarts.cat/quan-surts-de-lombra/

"En la sordera de Romaní se impone una capacidad de escucha diferente, de jugar con el tacto imprescindible y sin caer en la lamentación y la sobreprotección buenista"
(JORDI BORDES, RECOMANA.CAT)
https://recomana.cat/obres/boira-a-les-orelles