El servicio ha consistido en el acompañamiento a las familias por parte de personal especializado en ocio en las áreas de juego para favorecer la actividad lúdica de los niños y niñas, como facilitar el acceso a los elementos de juego, acompañar el juego libre o promover la relación con otros niños y niñas, entre otras medidas.

Han participado un total de 36 familias: 31 con niños y niñas y adolescentes con discapacidad y 5 en que los padres o madres tienen discapacidad visual. El servicio ha consistido en 10 sesiones de juego asistido por familia, de 60 minutos cada una, durante 6 meses, desde julio del 2022. En total se han ofrecido 225 horas de servicio.

Valoración muy positiva

Prácticamente todas las personas participantes en el proyecto lo han valorado como un programa muy valioso para la inclusión de los niños y niñas, y más del 65 % de las familias participantes aseguran que ha disminuido su sentimiento de soledad.

Las familias han destacado la oportunidad de disfrutar de un espacio de ocio agradable y lúdico, la experiencia y el aprendizaje, gracias a los consejos de los monitores y monitoras, y la manera en que los niños y niñas han podido socializar con otros niños y niñas. También han puesto de relieve que han podido dedicar más tiempo a los otros hijos e hijas sin discapacidad.

Con respecto a las familias en que el padre o la madre tienen una discapacidad visual, el programa les ha permitido interactuar con los hijos e hijas de una manera más participativa, y han valorado muy positivamente el hecho de que los hijos e hijas pudieran jugar libremente, ya que disponían de la descripción de lo que estaban haciendo que ofrecían los monitores y monitoras.

Este proyecto piloto da cumplimiento al Plan de juego en el espacio público y al Plan de acciones 2020-2024 de la Estrategia municipal contra la soledad.