Todos los dragones de Sant Jordi

11/04/2024 09:26 h

Esther Estela

Barcelona es una ciudad repleta de dragones: los hay en muchas fachadas modernistas y también en retablos góticos. Pero las piezas de imaginería festiva que representan dragones también son muy numerosas y las hay de todo tipo: víbries, dragones de inspiración gaudiniana, infantiles, hechos con metal… y así hasta llegar a una quincena. Ahora que se acerca Sant Jordi y el dragón es uno de los elementos centrales de la fiesta, te invitamos a conocer todos los que hay en Barcelona y los secretos y anécdotas que esconden.

Evidentemente, la figura histórica por excelencia es la del Drac de Ciutat Vella, que ya aparece mencionado a principios del siglo XV como miembro del séquito popular de la ciudad. Con todo, la figura actual es de 1987 y la hizo en Solsona el maestro Manel Casserras i Boix. Por lo tanto, la bestia más veterana de toda Barcelona que todavía se mantiene en activo es el Drac de Gràcia, construido en 1982 y que tiene forma de dragón reptante.

En el estilo modernista la figura del dragón es una imagen muy recurrente que encontramos en todo tipo de obras de arte, relatos y elementos decorativos y arquitectónicos. Seguramente por eso hay una buena retahíla de dragones que se inspiran en este movimiento artístico. Uno de ellos es el Drac Farfolla de la Sagrada Família, cuya creación se inspiró en un aplique en forma de dragón encontrado en el sótano del templo diseñado por Gaudí. Siguiendo la línea de Gaudí, encontramos a Gaudiamus, el Drac de la Malèfica del Coll, que es igual que la famosa salamandra de trencadís que hace de fuente en la entrada del Park Güell.

En Barcelona también hay dragones muy grandes. Son tan espectaculares y majestuosos que los tiene que hacer bailar más de un portador o incluso necesitan una estructura para moverse. Dos de estos son el majestuoso Drac Baró de Nou Barris, que tiene más de treinta puntos de fuego, y el Guardià de les Corts, hecho completamente de metal forjado y que pesa 170 kilos.

Una mención aparte merecen las víbries, estas figuras mitológicas representan un malvado dragón hembra con cola de serpiente, alas de murciélago y pechos de mujer. La más antigua de todas es la de Barcelona, que aparece mencionada en las crónicas desde las procesiones del Corpus del siglo XV. Y desde 1992 el barrio del Poblenou también tiene su Víbria, que es especialmente famosa porque una vez el año, por las Fiestas de Mayo, recoge los chupetes de los niños del barrio.

También hay dragones acompañados de unas cuantas anécdotas divertidas, como el de Sarrià: para financiarlo, los miembros de la colla participaron en un concurso de televisión. También explican que una vez acabado el Drac Estarrufat del Poblenou, no podían hacerlo pasar por la puerta del taller y lo tuvieron que serrar. ¡De esta modo se convirtió en el primer dragón desmontable del país! Un dragón con un nombre bien especial es el Capallà d’Horta i el Carmel. Dicen que lo bautizaron espontáneamente el día del estreno, porque los portadores lo guiaban diciendo “cap aquí” y “cap allà” (hacia aquí y hacia allá).