La bola de espejo, una tecnología de luz emblemática utilizada en las discotecas desde la década de 1920, se convierte en un nuevo tipo de herramienta visual que puede transformar nuestra percepción del espacio. Los artistas de programación Kyle McDonald y Jonas Jongejan combinan múltiples proyectores, un sistema de visión por ordenador y 180 kilos de bolas de espejo para crear una sofisticada coreografía de reflejos. 

Al entrar en el espacio nos encontramos bajo una brillante escultura de bolas de espejo que atrae inmediatamente toda nuestra atención. Poco a poco empezamos a prestar atención a los múltiples reflejos que llegan a todas las superficies y que adoptan diferentes patrones y se organizan siguiendo múltiples disposiciones y geometrías. Con cada uno de los patrones transforman el entorno, así consiguen que a veces sea meditativo y otras veces, inquietante.

«Light Leaks» se ha expuesto en numerosos países durante los últimos cinco años con varias disposiciones, siempre diferentes. Aquí se presenta por primera vez al aire libre en una nueva y ambiciosa versión.

Kyle McDonald (EE.UU) es un artista que trabaja con la programación; construye herramientas que permiten que los artistas utilicen nuevos algoritmos de forma creativa. 

Jonas Jongejan (Dinamarca) trabaja como tecnólogo creativo en el Google Creative Lab.