La Torre Glòries se transforma en Okeanós, el titán griego, hijo de Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra) que personifica el océano que rodea la Tierra como una entidad global única y viva. El proyecto utiliza el color como lenguaje universal para explorar la conectividad, las interacciones y los flujos de la red oceánica, basándose en datos científicos de la NASA y la ESA sobre el color marino.

Mediante una experiencia visual, la obra muestra cómo los sensores y satélites capturan la radiación reflejada por la superficie marina, y cómo esto permite monitorizar la concentración de fitoplancton, la salud de los ecosistemas y la presencia de contaminantes. Esta información es crucial para comprender el papel del océano y sus mares en el clima, y la conservación de la vida marina. Una vez más, la Torre Glòries se convierte en faro de conciencia ambiental con esta instalación que se enmarca en el contexto de la Década del Océano de la UNESCO (2021-2030).

Con el patrocinio de Mirador Torre Glòries.

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La obra de Anna Rierola utiliza la imagen científica producida por centros de investigación avanzados para conectarnos con la belleza, complejidad y misterio del universo. En sus experiencias visuales afloran universos aparentemente invisibles que nos revelan una visión del mundo unificada, en red, interconectada e interdependiente. En el 2018 presentó su obra en Pirelli HangarBicocca (Milán) con la Fundación Veronese. En el 2019 terminó Bosque ancestral, un mural de 60 metros cuadrados en la fachada del Instituto de Ciencias del Mar de la Barceloneta.

Fue la primera artista en residencia en el Instituto de Investigación Biomédica Barcelona, donde comenzó El jardín de las delicias, inspirado en El Bosco, con la trilogía: Pulsión de vida, El Edén y El Infierno. Su obra se ha exhibido individual y colectivamente. En el festival Llum BCN 2025 presenta Okeanós, una instalación lumínica en la Torre Glòries que nos habla de la conectividad oceánica a partir de imágenes satelitales.