El movimiento hipnótico de un péndulo y el juego de las sombras proyectadas se convierten en un espectáculo mágico que explora la relación con la ciudad y con nosotros mismos, a través de la presencia y ausencia de la luz.

Pendul·lum, ideado por la ETSAB, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, recoge esta ingenuidad primitiva a través de un punto de luz en constante movimiento. Los espectadores, al interactuar con la pieza, ven cómo sus propias siluetas se desdoblan y se distorsionan, y se convierten en parte de una coreografía que parece cobrar vida propia. El movimiento pendular, con el ritmo constante de ida y vuelta, crea un dibujo de sombras que transforma el espacio.

La instalación trasciende así el juego visual para convertirse en una metáfora sobre la dualidad de la existencia: somos a la vez presencia y proyección. Como el Poblenou, en constante transformación, oscilamos entre lo que somos y lo que proyectamos, entre nuestra esencia y nuestra sombra, en un equilibrio tan frágil como hipnótico.

Alumnado: Maria Baucells, Carol Bejarano, Mateus Luiz Bispo, Pablo Casasayas, Mara Francesca Dürig, Nereida Herrero, Ana Lafita, Marina Pérez, Miquel Ripoll, Aina Ruiz, Ilan Rzetelna, Kako Sugaya, Paula Terra i Rongjia Zhu.

Profesorado: Carles Sala y Relja Ferusic.

Colaboración o patrocinio: Urbidermis y HNA, con la colaboración de Benoît Duchesne.