Impacto de la pobreza y las desigualdades en la infancia y la adolescencia

Oriol Pàmies, textos / Carles Javierre Kohan, infografies

La infancia no solo es el futuro de una ciudad, también es parte del presente, pese a su reducido peso demográfico. En Barcelona se sitúa en torno al 14% de la población, pero escala hasta el 38% si se cuentan los adultos que conviven con ella. Poniendo la lupa sobre los datos, se aprecia cómo las crecientes desigualdades sociales inciden de forma especial en las familias con niños. Así, las consecuencias de la pobreza y la privación económica en la población de 0 a 17 años constituyen un riesgo de primera magnitud para la futura cohesión social. Un reto para las políticas públicas que aspiren a prevenir vulnerabilidades y favorecer la equidad.


 

El papel del entorno

El contexto territorial y las condiciones sociales de los entornos de los niños son el primer escenario de las desigualdades. Tres de cada diez niños y adolescentes de la ciudad crecen en barrios con un índice de vulnerabilidad urbana muy alto o alto; uno de cada diez vive en barrios con un índice medio; y seis de cada diez, en barrios con un índice bajo o muy bajo. Los índices de vulnerabilidad más altos se concentran en barrios de los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc, Horta-Guinardó, Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí.

Un respiro tras la crisis sanitaria

Tres de cada diez niños y adolescentes de la ciudad están en riesgo de pobreza y/o exclusión social según la tasa AROPE, un indicador europeo que, además del nivel de ingresos, registra aspectos como la baja intensidad en el trabajo de las personas adultas que conviven con los niños y las dificultades de acceso a bienes materiales básicos. La evolución del indicador es favorable respecto a los datos de 2020-2021, en plena pandemia. Sin embargo, se confirma que los niños y adolescentes y los hogares con niños y adolescentes tienen mayor riesgo de pobreza y/o exclusión que el conjunto de la población o que otros tipos de hogar.

Retroceden la pobreza extrema y moderada

En cuanto a la pobreza monetaria, el 28% de niños y adolescentes de Barcelona viven con ingresos que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza moderada y el 12,9% viven por debajo del umbral de la pobreza extrema. Las cifras del periodo 2021-2022 se sitúan claramente por debajo de las registradas en el pico de la covid. Las tasas de riesgo de pobreza moderada y extrema siguen siendo más altas entre niños y adolescentes que entre el total de la población.

La inquietud de la vivienda

Dos de cada diez niños y adolescentes de la ciudad viven en hogares que sufren sobrecarga de gastos de vivienda. La misma proporción ha experimentado retrasos en los pagos de rentas o cuotas, siendo también muy parecido el porcentaje de quienes no pueden mantener el piso a una temperatura adecuada. Los tres problemas tienen tendencia a agravarse.

Riesgo de desahucio

Ante el drama de los desahucios, una familia con niños o adolescentes tiene más de tres veces más posibilidades de estar en situación de riesgo de pérdida de vivienda que un hogar sin niños o adolescentes. Ciutat Vella, Nou Barris, Sants-Montjuïc y Sant Martí son los distritos con más intervenciones para evitar la pérdida de la vivienda.

Sin derecho a vacaciones

Varios indicadores de privación material y social extrema en la infancia y la adolescencia han empeorado durante los últimos cinco años en Barcelona: una cuarta parte de familias con niños no pueden irse una semana de vacaciones, una de cada cuatro no puede asumir gastos imprevistos en casa y el 22,6% aseguran pasar frío en invierno. En cambio, va bajando la proporción de las que no tienen ordenador y/o conexión a internet en casa, necesarias para realizar muchos trabajos escolares.

Adultos sin recursos

En los distritos de Nou Barris, Sant Andreu y Ciutat Vella es donde hay una mayor proporción de hogares en los que los adultos reconocen que no pueden satisfacer las necesidades materiales de los menores con los que conviven. En hogares de renta muy baja llegan a representar un 11,5%.

Asegurar la comida en la escuela

Dos de cada diez niños y adolescentes de infantil, primaria y secundaria de Barcelona reciben beca de comedor, con una tendencia al alza desde el curso 2014-2015. Ciutat Vella, Nou Barris y Sants-Montjuïc son los distritos que más se benefician de ellas.

Políticas poco eficaces contra la pobreza

Las políticas sociales públicas resultan menos eficaces en el grupo 0-17 que en los demás grupos de edad: reducen solo 7,8 puntos la tasa de pobreza moderada y 8,2 puntos la extrema. Es un fenómeno general en todo el Estado.

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