12JUN2018

Quizás os parecerá extraño, pero el 21 de junio una parte del mundo celebra la llegada de un nuevo año. Y no sólo eso, sino que le dan la bienvenida al año... ¡5526!

Es la forma de contar el tiempo de la cultura aymara, una de las más presentes en Bolivia. Con los quechúas y los guaranís, celebran estos días un nuevo año: es el Año nuevo aymara, también conocido como Año nuevo amazónico o Año nuevo andino.

El cambio de año coincide con la llegada del solsticio de invierno al hemisferio sur y corresponde, por lo tanto, con el inicio de un nuevo ciclo agrícola. A pesar de que según las culturas y los lugares donde se celebra la llegada del año los rituales son diferentes, se trata, fundamentalmente, de esperar desde la medianoche la llegada de los primeros rayos del sol que marcarán el inicio del año.

Y es que el sol, pero también la diosa Pachamama, encarnación de la Madre Tierra, son los grandes protagonistas de una celebración que a menudo toma como escenario los yacimientos arqueológicos donde estuvieron los grandes centros de la cultura aymara, como la antigua capital, Tiwanaku.

Ofrendas a la divinidad y, con la llegada del nuevo día, bailes y celebraciones, forman parte de una fiesta que es mucho más antigua que la llegada de los colonizadores españoles a esas tierras.

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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