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Sant Roc o la fiesta mayor más antigua de Barcelona

09AGO2017

Festes de Sant Roc, 1934

El 16 de agosto se celebra la festividad de un santo que se hizo extremadamente popular como protector contra las epidemias. En su honor se organiza la fiesta mayor más antigua de la ciudad. ¿Sabéis de qué color era el perro de sant Roc?

Según cuenta los documentos que se han conservado de la época, en 1589 se celebró por primera vez la fiesta de sant Roc (san Roque) en honor del santo que había preservado de la peste a los habitantes de la zona. Hoy, más de cuatrocientos años después, la fiesta se sigue celebrando y, además, con muchas de las actividades que ya se organizaban durante las primeras fiestas mayores.

En la plaza Nova, junto a donde  estaba situada una de las puertas de la ciudad (donde hoy arranca la calle del Bisbe) encontraréis una hornacina con la imagen del santo. No es casualidad que esté en el lugar que marcaba uno de los accesos a la antigua Barcelona, puesto que se esperaba que la presencia del santo en aquel punto protegiera a los barceloneses de la peste, el cólera u otras enfermedades infecciosas. Por eso hay imágenes del santo o azulejos que lo evocan en la entrada de las calles en puntos diversos de Barcelona.

Festes de Sant Roc

Todo tiene que ver con las leyendas sobre el santo, un habitante de Montpellier que nació a finales del siglo XIII y que, cuenta la tradición, dedicó la vida a cuidar de los enfermos de peste. Por eso, en unos años en que las enfermedades infecciosas eran especialmente comunes y eran causa de tantas muertes, las ciudades como Barcelona o algunos de sus barrios se encomendaran a su protección. Sucedió en 1583 y, en agradecimiento por su efectiva protección (no  hubo ningún muerto debido a la enfermedad) poco después empezaba la tradición de dedicarle la fiesta que ha subsistido hasta hoy.

Echadle un vistazo a la iconografía del santo y le veréis, él mismo enfermo, mostrando una pierna cubierta de llagas. Le acompaña un perro que, a veces, le lame las heridas pero que, en otras ocasiones, lleva un panecillo en la boca. La razón es una tradición que explica que el santo habría pasado por Barcelona y, en la ciudad, habría sido víctima de la peste. Al entrar al recinto amurallado, todo el mundo se habría desentendido del santo apestado, a excepción del perro de un panadero que le mantuvo vivo mientras pasaba la enfermedad, alimentándolo con los panecillos que le llevaba cada día.

Es por esa razón que durante muchos años la fiesta de sant Roc incluía el reparto de panecillos entre los asistentes y que hoy aún exista un dulce típico de sant Roc: un panellet que, pese a su nombre, no tiene relación con los que comemos el día de Todos los Santos y que se asemeja más a un polvorón o a una pasta de té.

Sí, el perro es un elemento importante en la iconografía y en las tradiciones asociadas a sant Roc. De hecho, la tradición dice que, si el 16 de agosto es sant Roc, el 17 se celebra...sant Gos! (san Perro). Se lo invocaba para prevenir la rabia y, en tiempos pasados, el día de su "fiesta" incluso se permitía a los canes entrar en la iglesia y se decía que quien maltratara a uno de estos animales perdería la protección del santo.

Pero... ¿de qué color es el perro de sant Roc? Pues, en Barcelona, desde hace unos años, vuelve a ser azul. Y es que se cuenta que la imagen del santo, que databa del siglo XVIII, fue restaurada en una ocasión y que el maestro artesano encargado de ello  preguntó de qué color debía que pintar el perro. La respuesta irónica de la comisión encargada de decidir fue un "Hombre, si os parece podéis pintarlo de color azul cielo", dice el escritor Josep Maria Espinàs en uno de sus libros. Y el artesano se lo tomó en serio.

Tras la guerra, que afectó a la imagen, el sant Roc de la plaza Nova se pasó muchos años acompañado únicamente de un niño, hasta que hace unos años recuperó su perro, pintado, como es tradición, de color azul.

Hoy, las fiestas de sant Roc acogen concursos caninos, en homenaje a "sant Gos", pero también muchos juegos y tradiciones con una historia larguísima: desde pasar la Cucaña hasta beber de un porrón el pico el cual mide 75 centímetros o el lanzamiento del globo del Capità Munyó, una tradición que proviene de principios del siglo XX y que consiste en elevar un globo con la imagen de un personaje con connotaciones negativas.

Figuras tradicionales del barrio de la Catedral, como los gigantes de la plaza Nova o el Nan (enano) Cu-Cut son imprescindibles en unas jornadas festivas en las que también  participan los elementos principales de la imaginería festiva barcelonesa: del Àliga de la ciudad al Lleó de Barcelona.

Más información: Exposición 4 i quart. 425 anys de les festes de Sant Roc a Barcelona
Exposició itinerant: 4 i quart. 425 anys de les festes de Sant Roc a Barcelona

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Museu Etnològic i de Cultures del Món

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