
Un oasis de calma para liberarse de las tensiones diarias
Vuelve La hora mágica, una invitación a reencontrar la paz en el Monasterio de Pedralbes.
La última vez que visitaste el claustro del Monasterio de Pedralbes, seguramente en fin de semana, te maravillaste de la paz y la tranquilidad que se respira allí. Ese ambiente es un antídoto contra el estrés y un buen motivo para sentarse, pensar o, simplemente, contemplar. Ahora, lo tienes a mano dos días a la semana al atardecer, después del trabajo o de las últimas clases. La prisa y la angustia se quedan en la puerta.
Es La hora mágica, una propuesta que solo requiere tu presencia y que te invita a liberar las tensiones del día en un ambiente tranquilo, tan espiritual e inspirador como fresco las tardes de primavera y verano.
Cada martes y viernes, a partir de las 18 h, abren las puertas del claustro y podrás estar allí de manera gratuita. Eso sí, debes venir antes de las 20:30 h (a las 21 h tendrás que marcharte) y no podrás visitar dependencias ni exposiciones que habitualmente están al alcance de los visitantes, ya que estarán cerradas.
Ahora bien, el claustro cargado de setecientos años de historia y el sonido del agua seguramente te proporcionarán el escenario ideal para volver al mundo real después de haber pasado una jornada laboral en tu Matrix particular.
Conocerás así, un monasterio fundado por la reina Elisenda de Montcada en el año 1327 (está enterrada allí y es obligatorio ver la tumba desde el claustro), con la ayuda de su esposo, el rey Jaime II. Lo habitaron, desde la fundación hasta el año 1983, las monjas clarisas, la rama femenina de la orden de San Francisco.
Pedrabes ("piedras albas" o "piedras blancas") está considerado uno de los grandes ejemplos del gótico barcelonés y catalán, con este claustro de tres pisos que es un ejemplo de elegancia. Alrededor del claustro verás las puertas de celdas de día, en las cuales las monjas se retiraban para su recogimiento personal.
Si quieres vivir un momento especial, ven a La hora mágica y regálate un poco de paz paseando por el claustro del Monasterio de Pedralbes.
