
El Ateneu Barcelonès, en detalle
Uno de los grandes espacios culturales y de debate intelectual de la ciudad abre sus puertas a visitas guiadas los martes y los sábados.
Los muchos turistas que visitan Barcelona no se pierden, está claro, ni la Catedral o la Sagrada Família ni los grandes museos de la ciudad, pero si eres barcelonés o barcelonesa, seguro que también encontrarás rincones y edificios de la ciudad que son difíciles de ver, pero que compensan el esfuerzo. Son instituciones como el Ateneu Barcelonès, que se puede ver los martes por la mañana y los sábados por la tarde en unas visitas guiadas que, ya lo verás, dicen mucho sobre la historia de la ciudad en los últimos tiempos.
Las visitas tienen lugar en el marco de Cases Singulars, un proyecto que se ha gestado en la capital catalana y que ha conseguido poner al alcance de la curiosidad de los barceloneses y barcelonesas un buen número de edificios de la ciudad, antiguos estudios de escenógrafos, mansiones y casas gremiales que, de otro modo, habrían mantenido hasta hoy las puertas cerradas.
El Ateneu Barcelonès es una entidad conocida, pero como para acceder a ella y recorrer libremente los espacios hay que ser socio, Cases Singulars te propone una visita guiada que, o bien puedes hacer los martes a mediodía o bien los sábados al atardecer, siempre en itinerarios en catalán y en castellano, a elegir.
Será una buena forma de conocer la historia del Ateneu Barcelonès, que nació en 1860 con el nombre de Ateneu Català, en la Rambla, en el mismo edificio donde está la Cúpula Venus, sobre el Teatre Principal. Fue en 1904 cuando la entidad adquirió el Palacio Savassona, la actual sede de la calle de la Canuda, donde se instaló en 1906.
Recuerda, antes de entrar, que la zona era muy diferente de como es hoy y que, por ejemplo, la vecina plaza de la Villa de Madrid, donde está el conocido cementerio romano, fue creada años tras la Guerra Civil Española, cuando las bombas afectaron gravemente al convento de carmelitas descalzas de la Inmaculada Concepción / Santa Teresa que ocupaba antiguamente todo el espacio.
Tras la visita, conocerás el edificio que hizo construir en 1776 Antoni Ferrer de Llupià, barón de Savassona, según un proyecto de su hijo. El inmueble estuvo habitado hasta el traslado de la familia a Vic, en 1826. Lo compró un empresario textil que encargó una primera reforma a Elies Rogent, el arquitecto de la Universitat de Barcelona y el Seminari Conciliar. Él es responsable del aspecto actual de la fachada de la calle de la Canuda.
Una vez comprado el edificio para uso del Ateneu Barcelonès, el arquitecto Josep Font i Gumà, con la ayuda por Josep Maria Jujol, se hizo cargo de las obras de reforma. Hubo más reformas en los años 20 y los 50 del siglo XX, entre otras razones, para ampliar la Biblioteca del centro, una de las joyas que preserva el Ateneu y que te mostrarán durante la visita.
Si quieres repasar la historia de Barcelona mientras admiras un edificio singular, no te pierdas la visita guiada al Ateneu Barcelonès, pero antes consulta en la web de Cases Singulars toda la información sobre el recorrido.