La vida desde los cincuenta años

Cada persona es un mundo, pero aquellas que comparten un tiempo y un espacio determinados, y también franja de edad, es probable que tengan muchas características comunes, ya sea en la forma de ser o sobre los problemas que afrontan. La directora y dramaturga Carol López considera que en nuestra sociedad la soledad está muy presente, y especialmente entre los que tienen alrededor de 50 años, una época de la vida, dice López, en la que cuesta cada vez más encontrarse con las amistades, cuidarlas, y prácticamente el único contacto se establece mediante las aplicaciones del móvil. Para suplir esta soledad, manifiesta la dramaturga, "nos hemos convertido en personas hiperactivas", y pone como ejemplo las semanas de confinamiento, con muchas actividades en la red propuestas tanto por parte de caras conocidas como de gente anónima. De todo ello habla Bonus Track, una obra que a partir del 29 de septiembre vuelve al Teatre Lliure de Gràcia, donde se estrenó en octubre del año pasado, pero que se tuvo que suspender a los pocos días.

Dolo Beltran, Paul Berrondo, Borja Espinosa, Andrés Herrera, Vicenta N’Dongo y Bea Segura interpretan unos personajes que se encuentran en torno a la cincuentena. La autora propone un retrato generacional de los llamados baby boomers, y lo hace con una comedia agridulce: los protagonistas muestran cierto desencanto con la madurez, pero al mismo tiempo se abre una puerta a reinventarse, ya que nunca es tarde para volver a empezar. La trama es bastante elástica para que también se encuentren reflejadas en ella otras generaciones, ya que, en definitiva, de lo que también habla Bonus Track es de cuestiones tan transversales como la necesidad de encontrarse a uno mismo, saber qué se quiere, de detenerse para escucharse, de las huidas hacia adelante, o del pánico a romper con todo.

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