Lluïsa Vidal, más allá de los retratos

Lluïsa Vidal (1876-1918) brilló especialmente por sus retratos, que, dicen los entendidos, tienen la capacidad de captar el estado emocional de la persona que en ellos aparece. Pero la artista modernista, un nombre que seguramente todavía es desconocido para mucha gente, también cultivó con deleite la pintura al aire libre, dejando constancia de fiestas populares, bailes de pueblo, calles o playas, así como también la pintura de género, reflejando en sus trabajos la vida cotidiana de las mujeres. Y además lo hizo a través de la pintura, del dibujo y de la ilustración.

La exposición que ahora le dedica el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), titulada Lluïsa Vidal. Pintora del modernismo y en cartel hasta el 15 de enero del próximo año, recoge todas las facetas de la artista, mostrando su gran calidad y un estilo atrevido, con colores vibrantes y trazo seguro. Fotografías familiares, cartas, fotografías de obras de la pintora publicadas en revistas, libros con sus ilustraciones, críticas de las exposiciones de la pintora en diferentes periódicos de la época o el diploma original otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona a la pintora en 1907 por uno de sus dibujos, completan esta gran muestra.

A lo largo de estos meses se harán diversas actividades paralelas relacionadas con la exposición, como visitas guiadas a la muestra cada sábado de octubre por la mañana, o la Noche Luisa Vidal, el 3 de diciembre, que incluirá la proyección de la película Séraphine, de Martin Provost. La conferencia que servirá para inaugurar la exposición la hará Consol Oltra, comisaria de la muestra, la tarde del 22 de septiembre.