¿Por qué las cebras tienen rayas?

¿Qué lejos está la luna?

¿Por qué los cereales no se hunden en la leche?

¿Por qué los pedos de los otros hacen más mal olor que los nuestros?

¿Qué puedo hacer para dormir cuando no puedo dormir?

¿Por qué mi hermana cuenta ovejas mientras come sopa?

Y todas las preguntas tienen respuesta hasta que una se queda sin, porque Les Clinck se quedan sin... Y es la primera vez que les ocurre en más de cien años, O sea que imaginad qué pregunta más difícil les deben haber hecho a Las Clinck cuando han subido al escenario del Centre Cívic Baró de Viver.

¿Y cuál es esa pregunta tan difícil?

¿Y cómo encontrarán su respuesta?

¿Y qué pasa si todas las preguntas no tienen respuesta?

Pero como que Les Clinck son Les Clinck y a encontrar respuestas no las gana nadie, incluso para esta pregunta encontraron la respuesta. Aunque la respuesta tuviera forma de otra pregunta:

¿Y si preguntarnos nos hace sentir vivos?

Y debe ser cierto, porque cuando el espectáculo acabó y Les Clinck volvieron a ser Les Bianchis, el público del Centre Cívic Baró de Viver, tanto grandes como pequeños, seguía teniendo preguntas y ganas de hacerlas. Y Las Bianchis siguieron contestándolas en una amena charla con los espectadores