Defiende que le gusta que la gente desconecte cuando escucha una de sus canciones. Y que sabe que sus ritmos sean lentos y sus letras, raras. Y que su música es vaporosa e hipnótica. Pero se niega a que nadie le bautice como cantautor. Él es Ferran Palau. Su disco se llama Blanc. Y su música no es otra cosa que Pop Metafísico

-Dices que haces Pop Metafísico, ¿cómo es?
- ¡Esta es buena! Creo que ni Joan Pons ni yo lo tenemos muy claro aún. ¡Seguiremos investigando!

-¿Te gustan que digan que haces música sensible?,
-Todo me parece bien menos que me llamen cantautor. Y si por el hecho de tocar con una banda me llaman  bandautor, entonces ¡vomito. Lo mío es el Pop Metafísico.

-Defines tu música como "ingrávida, vaporosa, borrosa, hipnótica..." Pero, ¿cuál es su voluntad: hacernos pensar, viajar, olvidar?
-No hago música bajo ninguna premisa concreta. Me sale así de forma natural, pero me satisface saber que la gente desconecta cuando escucha mis canciones. Soy consciente de que mis ritmos son lentos y mis letras raras... creo que mi música define bastante el momento en el que me encuentro.

-Por qué Blanc es tan breve? ¿Por aquello de que 'en el bote pequeño...'?
-Es tan importando lo que pones como lo que no. No sé si falta algo en mi disco, pero sé que no sobra nada. Media hora me parece la duración perfecta para un disco. Si una canción no me acaba de convencer, la sigo trabajando para el siguiente disco; y, si con los meses sigue sin molar, pues a la basura!

-Mantienes la colaboración con Joan Pons, ¿qué crees que aporta a tu música?
-Es una cuestión de amistad y feeling total. Estar juntos hace que hagamos mejores canciones. Lo mismo me pasa con Jordi Matas, mi productor, o con mi esposa Louise Sansom. Son gente que me inspira y me hacen feliz.

-¿Cómo ha ido cambiando tu manera de hacer canciones desde tu primer disco en solitario?
-Creo que en la esencia no he cambiado pero soy inquieto y escucho mucha música. Estoy al día con todo el que va saliendo y siempre quiero hacer lo que escucho aunque después no me acabe de salir nada demasiado diferente. Creo que esto hace que de manera sutil el sonido de mis discos vaya mutando despacio. Cuando escucho algunas canciones que hice hace 15 años pienso que las podría haber hecho ahora perfectamente a pesar de que la producción la cambiaría de arriba abajo.

-Y, una curiosidad, ¿de verdad te expulsaron de la Escuela de Música?
-De verdad. Repetí el primer curso unas 3 veces en la Escuela de Música de Esparreguera y, claro, me mandaron a la calle diciendo, con elegancia, que quizás la música no era para mí. En concreto, la clase de guitarra se me daba fatal y mi profe no pudo más. Es que me escondía en el patio de la escuela para retrasar las clases. Realmente odiaba estudiar música. Todavía hoy cuando entro a una escuela de música se me remueve todo.