Conte d’hivern

«Con cuarenta años, a mitad de mi recorrido vital, intuyo qué motivó a  Shakespeare a escribir la obra: la facilidad con que el individuo puede llegar a hacer daño. Y cómo, en ese hacer daño, se hace a sí mismo un dolor que abre el camino a la autodestrucción. Pero el Shakespeare viejo, humanista y sabio, hace que miremos la vida con voluntad pedagógica y nos dice que –si trabajamos la conciencia– existe siempre la posibilidad de regenerarse.» Ferran Madico

Polixen, rey de Bohemia, visita la corte de su amigo Leont, rey de Sicilia. A instancias de Leont, su mujer convence a Polixen de que alargue la estancia en la corte pero, paradójicamente, el contacto entre la reina y su amigo provocan en Leont un ataque de celos: Polixen debe huir, su esposa es encarcelada y da a luz a una niña cuya paternidad se pone en duda. Los oráculos dicen que la reina es fiel y que Leonto es el padre de la criatura... pero los celos han cegado al rey siciliano. La niña será abandonada y adoptada por un pastor; cuando crezca el destino querrá que se enamore del hijo de Polixen. La oposición paterna original será vencida y esto dará pie a un final feliz. Ambos se casarán y sus padres se reconciliarán: el amor habrá triunfado.

Direcció: Ferran Madico; Intèrprets: Enric Benavent, Pedro Casablanc, Tilda Espluga, Montse Esteve, Francesc Garrido, Oscar Rabadán i Jacob Torres, entre d’altres; Il·luminació: Albert Faura; Vestuari: Mercè Paloma; Una coproducció: del CAER i el Festival de Barcelona Grec.