Los secretos que oculta el subsuelo de la Abaceria Central, al descubierto

Empieza la excavación y catalogación de los restos de la antigua fábrica textil que hubo bajo el mercado.

28/02/2024 12:42 h

Ajuntament de Barcelona

 

Las obras del nuevo Mercado de l’Abaceria Central, en la Travessera de Gràcia, han puesto al descubierto restos arqueológicos que ahora se empiezan a excavar y catalogar y que corresponden a la antigua fábrica algodonera Puigmartí. Los trabajos arqueológicos que se realizan no afectarán el calendario de la reforma del mercado, que está previsto que termine el último trimestre del año 2025.

Ya se conocía la posible existencia de restos en la zona, un solar de la Travessera que se incluye en una Zona de Interés Arqueológico y de alto valor histórico, porque se sabía que este había sido el emplazamiento de la algodonera Puigmartí, más conocida con el nombre de Vapor Nou. Se inauguró hacia el año 1839 y ocupó el solar hasta el año 1876, cuando fue destruida por un incendio. 

Las excavaciones que se han realizado, unos trabajos que está previsto que terminen en abril, también dejaron al descubierto un conjunto de zanjas de viña de una etapa anterior, se cree que de los siglos XVII-XVIII. 

En cuanto a la antigua fábrica, los restos localizados corresponden al edificio principal, que ocupaba la nave central del mercado, y, también, a una serie de construcciones o edificios anexos que daban a la Travessera de Gràcia. Igualmente, se han encontrado restos de espacios de circulación para trabajadores, vehículos y mercancías y el patio de la fábrica, centro neurálgico de la factoría, con dos grandes depósitos subterráneos.

En los trabajos realizados hasta ahora no se ha encontrado ningún resto de la época romana, aunque el trazado de la Travessera de Gràcia corresponde a una antigua vía. Tampoco se han encontrado, de momento, restos de refugios de la Guerra Civil Española, aunque los testimonios de la época afirman que había uno.

El Mercado de l’Abaceria Central que ahora está siendo sometido a una reforma, se inauguró en 1892 con el fin de poner orden en las actividades comerciales de los campesinos que vendían sus productos en la vecina plaza de la Revolució. 

El edificio del mercado se erigió sobre los restos de la fábrica mencionada una vez quemada. Fue propiedad del  industrial Francesc Puigmartí i Caparà, y fue una de las principales de la ciudad entre las dedicadas al algodón, con cerca de ochocientos trabajadores y trabajadoras. 

En el año 1852, el Vapor Nou tenía 120 telares en funcionamiento. Unos años más tarde, en el 1861, recibió la visita de la reina Isabel II durante su estancia en Barcelona. ¿Quieres saber dónde está el único resto visible que queda de aquella gran fábrica? Pues acércate a la vecina plaza del Poble Romaní y verás aún en pie una de las imponentes chimeneas de la antigua factoría.

Si te interesa la arqueología y los restos del pasado que conserva el subsuelo de Barcelona, consulta la web del Servei d’Arqueologia de Barcelona.

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