En medio de la plaza de Sant Jaume un montón de cajas se alzan amontonadas. Es la obra de la artista Paula Bosch, que se ha inspirado en las buhardillas de las casas de la ciudad, donde descansan las cajas que contienen los adornos de Navidad, las guirnaldas, las figuritas del pesebre, el árbol, las copas de cava, la vajilla especial… Elementos que recuperamos cuando se acercan las fechas señaladas.

Pero la propuesta escénica tiene una doble cara: por detrás las cajas se convierten en un paisaje urbano de edificios con ventanas que se iluminan de noche y farolas que dan luz a las calles. Y en las ventanas se ve a vecinos y vecinas celebrando, cada uno a su manera, la magia de la Navidad.

El pesebre de la plaza de Sant Jaume se podrá visitar hasta el 6 de enero.

Dos opciones tradicionales

Cerca de la plaza de Sant Jaume, en el patio del Museo Frederic Marès, la Asociación de Pesebristas de Barcelona vuelve a presentar el pesebre tradicional más famoso de la ciudad.

Las figuras del pesebre las ha elaborado expresamente para la ocasión la firma italiana Original Heide, y toda la ornamentación vegetal es natural. Este año los olivos tienen un papel importante, ya que las escenas típicas que se representan, como el nacimiento, la anunciación de los pastores y la llegada de los Reyes de Oriente, se inspiran en la montaña de Montserrat y los alrededores.

El pesebre del Museo Frederic Marès se podrá visitar hasta el 2 de febrero.

El Monasterio de Pedralbes expone, como cada Navidad, un pesebre popular que también lleva la firma de la Asociación de Pesebristas de Barcelona. El pesebre se inaugurará el 13 de diciembre y se podrá visitar hasta el 2 de febrero.

Pesebres en todos los distritos

Además de estos pesebres, en la ciudad hay un buen número de pesebres de todos los temas y colores. Se trata de los pesebres que organizan diferentes entidades, asociaciones, ateneos, agrupaciones y colles, y los exponen en parroquias, locales o edificios públicos.