La contaminación atmosférica en la ciudad

Vistes de Barcelona sota els núvols de contaminació. © Imatges Barcelona / Paola de Grenet

Jordi Garriga Mas, textos Carles Javierre Kohan, infografía

En las grandes ciudades, la emisión de gases contaminantes se ha convertido en un grave problema que exige actuaciones rápidas y contundentes. No solo perjudica a la salud de sus habitantes, sino que contribuye al calentamiento global. Por ello, la lucha contra el cambio climático y la mejora de la calidad del aire se han convertido en los ejes vertebradores de la acción de sus gobiernos. Y es una lucha a contrarreloj. 

En Barcelona, una de las medidas más importantes ha sido la activación de la zona de bajas emisiones (ZBE). Pero el gran reto es conseguir un cambio en el modelo de movilidad, al que debe contribuir la ampliación de la red de carriles bici, el refuerzo del transporte público, el incremento de los puntos de recarga para los vehículos eléctricos o la ampliación de la red de arbolado y de espacios verdes.


 

La mala calidad del aire

En Barcelona se producen cada año más de 1.000 muertes prematuras, más de 2.000 casos de enfermedad grave y más de 1.000 casos de asma infantil causados o agravados por la contaminación, según el Informe de Calidad del aire (2019) de la Agència de Salut Pública de Barcelona. La media anual de NO2 en el aire en Barcelona fue de 39 μg/m3, justo por debajo del límite legal de 40 μg/m3.

El dióxido de nitrógeno (NO2) afecta a los pulmones e inhibe algunas de sus funciones, provoca irritación de los bronquios y disminuye la resistencia a las infecciones respiratorias. Afecta a los niños y muy especialmente a las personas que padecen patologías respiratorias crónicas, como el asma o la EPOC.

Media anual de PM2,5

La media anual de partículas PM2,5 en suspensión en el aire en la ciudad fue de 17 μg/m3, claramente por encima del valor guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 10 μg/m3. Las partículas PM2,5 se acumulan en el sistema respiratorio y están asociadas a numerosos efectos negativos sobre la salud, con afectaciones graves sobre el sistema respiratorio y cardiovascular.

Emisiones de CO2

El dióxido de carbono (CO2) es el principal gas de efecto invernadero producido por la actividad humana. En concreto, representa el 81,6% de todas las emisiones de gases de este tipo en la Unión Europea (UE). La ZBE pretende disminuir todas estas emisiones por medio de la reducción del tráfico y la prohibición de la circulación a los vehículos más contaminantes.

Ocupación del espacio público

El vehículo privado representa el 31% de todos los desplazamientos que se realizan en Barcelona y ocupa entre el 60 y el 70% del espacio público de la ciudad, contando los carriles de circulación y los aparcamientos en superficie. El uso excesivo del vehículo privado empeora la calidad de vida de las personas que viven en la ciudad, especialmente en los barrios en los que hay más tráfico.

Entre 2012 y 2016 ha aumentado el espacio dedicado a los peatones, que ha pasado de 75,3 a 107,4 hectáreas, aunque sigue siendo inferior al espacio destinado a los vehículos.

Vías con más contaminación

Los valores de la mayoría de los gases contaminantes presentes en el aire están relacionados con el tráfico en la ciudad. El flujo diario de vehículos que pasan por el Eixample puede llegar a los 350.000; en la ronda de Dalt, a 157.000; en la ronda del Litoral, a 84.000, y en la ronda del Mig, a 45.000.

Hacia la movilidad 100% eléctrica

En Barcelona se matriculan el 15% de los vehículos eléctricos de todo el Estado. En los próximos años, el incremento del transporte eléctrico, tanto particular como público, ayudará a reducir la contaminación y a mejorar la calidad del aire. Para el año 2030, el Ayuntamiento tiene previsto que todo el transporte público sea eléctrico o híbrido. La red Endolla para la recarga de vehículos particulares tendrá 703 puntos activos a finales de 2022 y puede llegar a los 1.000 puntos a finales de 2023.

Más carriles bici

El incremento de carriles bici en Barcelona ha hecho que muchos ciudadanos utilicen este medio de transporte y contribuyan de esta forma a disminuir los niveles de emisiones de gases contaminantes. El servicio Bicing ha ampliado tanto su cobertura territorial como el número de bicicletas, lo que ha permitido que muchas personas se hayan sumado a la movilidad sostenible. Respecto a los datos anteriores a la pandemia, el uso de los carriles bici se ha incrementado en un 22,4%. En 2023 se llegará a los 272,6 kilómetros de red ciclista en la ciudad.

Verde urbano para mejorar la calidad del aire

Los árboles urbanos permiten mejorar las condiciones ambientales y luchar contra la contaminación. Las hojas actúan como un filtro capaz de eliminar contaminantes atmosféricos, por lo que ayudan a purificar el aire de la ciudad. Según el estudio Servicios Ecológicos del Verde Urbano (CREAF, 2009), los árboles y arbustos de Barcelona eliminaron en 2008 más de 305 toneladas de compuestos contaminantes: 166 toneladas de partículas PM10, 72,6 toneladas de O3, 54,6 toneladas de NO2, 6,8 toneladas de SO2 y 5,6 toneladas de CO2.

Estancamiento en la recogida

Actualmente en Barcelona solo un 37,7% de toda la basura que se genera se recoge de manera selectiva (contenedores de papel y cartón, vidrio, envases y orgánica). El objetivo municipal, en línea con las recomendaciones de la UE, es llegar a un 55% de recogida selectiva en el año 2025. Desde 2013 y hasta 2019 el volumen de toneladas de residuos urbanos no había dejado de crecer. En cambio, en 2020 se redujo el total de residuos recogidos. Este descenso se debe a la reducción de la actividad en el sector de la restauración y el comercio durante el confinamiento por la covid-19.

Baja la producción de residuos

La generación de residuos ha pasado de 1,44 kg por habitante y día en 2019, a 1,20 kg en 2021. En este sentido, es especialmente importante la reducción del volumen de basura que va al contenedor de desechos y que no se puede reciclar, que pasó de 490.668 toneladas en 2019 a 438.024 en 2021.

Se reduce el consumo de agua en los hogares

Las medidas para el ahorro de agua y la concienciación ambiental de la población han permitido un descenso del consumo de agua del 28% en los últimos años.

Del número

Barcelona Metròpolis 123 - Les bretxes digitals

N123 - Jul 22 Índice

El boletín

Suscríbete a nuestro boletín para estar informado de las novedades de Barcelona Metròpolis