La vacuna de la cultura

Actors i tècnics de l’obra Tres germanes saluden el públic (amb mascaretes) a l’escenari del Teatre Lliure. © Laura Guerrero

Un año después de la eclosión de la pandemia, Barcelona vive momentos convulsos. Las protestas por la entrada en prisión de Pablo Hasél han generado malestar entre los jóvenes y han abierto la puerta a actos vandálicos de elementos descontrolados que rebasan los límites del derecho a la protesta. El caso Barçagate ha removido una institución emblemática y uno de los polos de atracción de Barcelona antes de la pandemia. El festival Primavera Sound ha decidido aplazar su próxima edición al 2022. Son tres ejemplos, de signo muy diverso, de las dificultades de la ciudad para remontar en unos momentos en que la crisis del coronavirus ha hecho mella en los sectores cultural y turístico.

En este Pliego de cultura hemos abordado la necesidad de repensar el modelo turístico de Barcelona a partir de una apuesta por la creatividad y la cultura. En un momento dramático en el que artistas, actores y músicos se ven obligados a recorrer al banco de alimentos, la inversión de la ciudad en cultura se multiplica con becas y ayudas con el fin de proporcionar algo de oxigeno a un sector que puede ser una de las claves de la solución. La cultura cose heridas y es reparadora. La cultura debe ser un antídoto contra la ultraderecha y el fascismo. Estamos en plena campaña de vacunación. La cultura es la otra vacuna que necesitamos. — Bernat Puigtobella

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N118 - Abr 21 Índice

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