L’Auditori está situado en un solar periférico de L’Eixample, resultado de la unión de dos manzanas de casas, tan habitual en este tejido urbano. El edificio responde a su emplazamiento por medio de un cuerpo compacto, con la voluntad de iniciar una configuración de toda la zona que los otros edificios deberán completar más tarde. El planteamiento del proyecto opta por definir una malla de hormigón que es el correlato de su forma urbana, mientras que la sala de audiciones, en el interior, responde cuidadosamente a la calidad de su función. Las butacas adoptan una disposición sesgada para favorecer la visión en escorzo de los músicos, bien diferente de las visuales requeridas por los espectáculos teatrales. Las dos salas principales, la de audiciones y la de ensayos, quedan separadas por un espacio exterior que escenifica el aspecto social de los acontecimientos musicales y que queda cubierto por una gran linterna de vidrio decorada por el artista Pablo Palazuelos.