El Auditorio restaura la linterna de Moneo y Palazuelo

L’Auditori de Barcelona está restaurando la linterna cúbica de vidrio en forma de impluvio que proyectó el arquitecto Rafael Moneo en el atrio central de acceso al edificio. Los trabajos son posibles gracias a una subvención del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y la aportación del Ayuntamiento de Barcelona. Se trata de un elemento arquitectónico muy singular, ya que sus ocho caras están decoradas con pinturas en forma de líneas –azules en el exterior y negras en el interior– del artista Pablo Palazuelo.

Durante el tiempo que duran las obras, las artistas Eloise Gillow, Mina Hamada y Carla Fuentes han creado tres grandes murales sobre las vallas provisionales con motivos que recuerdan la temática de la trilogía de las actuales temporadas artísticas de L’Auditori: La Creación, Amor y Odio y Muerte o Retorno.

La necesidad de restaurar la linterna se debe al deterioro y las roturas que han sufrido las diferentes pieles de vidrio. El objetivo es recuperar la imagen original de las fachadas y mejorar el mantenimiento y buen envejecimiento de un elemento arquitectónico de gran importancia, tanto por su ubicación, que cumple con el rol de vestíbulo general con acceso a todos los espacios del edificio, como por su valor arquitectónico, artístico y cultural.

L'Auditori es un equipamiento de 42.000 metros cuadrados diseñado por Moneo. El edificio cuenta con un foyer y cuatro salas: la Sala 1 Pau Casals, para 2200 espectadores; la Sala 2 Oriol Martorell, de 600 localidades; la Sala 3 Tete Montoliu, de 400 plazas, y la Sala 4 Alicia de Larrocha, con aforo para 152 personas. La segunda planta alberga el Museo de la Música en un solo espacio. Su construcción se inició en 1999 y entró en funcionamiento el 22 de marzo de 1999 con el concierto inaugural Fanfarria, de Joan Guinjoan.