Teatro, música y danza para reflexionar sobre el poder y las fronteras del arte

La Badabadoc será el escenario, entre el 23 y el 27 de septiembre, de una propuesta que entrelaza música, teatro y baile. Su nombre es La isla flotante, y es un montaje hecho prácticamente en su totalidad a cuatro manos: Marco Michelângelo y Martí Güell son sus autores, directores e intérpretes, y el primero firma también la composición musical.

Son 50 minutos en los que los protagonistas trasladan al público a una minúscula isla donde tiene lugar un concierto que quiere reivindicar esta tierra que va desapareciendo. Lo hacen partícipe de un acto reivindicativo y fatalista. Los dos únicos habitantes de la isla son un sheriff y un boxeador, y, a partir de la danza y de la música, se van abriendo escenarios e historias y apareciendo otros personajes, en un viaje por diferentes sonoridades. En último término, la trama narrativa, así como la combinación de distintas disciplinas escénicas, quiere suponer una reflexión sobre el poder y las fronteras del arte, y sobre las muchas posibilidades de la creación artística.

La isla flotante es una producción de Martí Güell y de Teatro de Açúcar, compañía nacida en 2007 y que también es centro de investigación y producción de espectáculos con dramaturgia original y un intenso trabajo interpretativo. Expone sus temas de manera cómica y musical, explorando la complejidad humana de forma biográfica y a la vez universal.

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