El Niño de Elche, en los cines Maldà y Verdi

Francisco Contreras es el Niño de Elche: performer, poeta, escritor y, sobre todo, músico. En esta última faceta, es tan prolífico como inclasificable. Cantaor exflamenco, sí, y cantautor, también, con numerosas incursiones creativas en el mundo del rock, el jazz, la cumbia y la electrónica experimental. Ya lo dice él: “Traiciono constantemente a mi público, ya que estoy inmerso en un proceso permanente de metamorfosis y eso hace que vaya reformulando mis actitudes, mis métodos y mis ideologías".

La fascinación y la atracción por él son tan grandes que ha motivado la grabación de un par de documentales para entender quién y cómo es realmente. Primero fue Sergi Cameron, que en 2019, con Niños somos todos, le acompañó en un viaje iniciático a Bolivia para reflexionar sobre la vida, su personalidad, el aprendizaje de la música y la relación entre su arte y la su familia.

Y ahora llega, con ocho nominaciones a los Premios Goya, Canto cósmico. Niño de Elche, filmado por el alicantino Marc Sampere y la vasca Leire Apellaniz. Se trata de un retrato coral a través de las personas que más le han influido. El rodaje se condensó en tres semanas, pero el proyecto se remonta siete años atrás. Durante buena parte de este tiempo, Sampere le siguió de cerca y colaboró ​​con él en los espectáculos Memoria y Comunión, hasta forjar una gran amistad. A la vista del resultado, la directora de El ultimo verano tiene la sensación de haber hecho “una fotografía del momento cultural actual en España”, debido a la gran cantidad de creadores y disciplinas que aparecen, empezando por sus padres y siguiendo por el artista e investigador Pedro G. Romero, el director Manuel León Caballero, el guitarrista Raúl Cantizano, el poeta visual Antonio Orihuela, la dramaturga Angélica Liddell, los activistas audiovisuales Los Voluble, el coreógrafo Israel Galván, el escritor Ramón Andrés, el artista Ernesto Artillo, el rapero C. Tangana, la mánager Estefanía Serrano, el compositor Miguel Álvarez-Fernández o el batería de Los Planetas, Eric Jiménez.

El Niño de Elche admite que “no sé si el filme es sobre mí o conmigo. No se trata de explicar por dónde he transitado, sino con quién”. El artista explica que su filosofía creativa “se sostiene sobre la búsqueda de lo heterodoxo, de lo irregular, de lo contradictorio y lo paradójico”, por lo que “no habría tenido mucho sentido hablar de ello con un lenguaje cinematográfico convencional”. Según su protagonista, “la película intenta reflejar ese arco de crecimiento. Como la mayoría de proyectos en los que me sumerjo, también éste tiene el objetivo de cambiarme”. Apellaniz era plenamente consciente de ello: “Buscábamos un formato análogo al arte del Niño de Elche. Nos interesa realizar un cine estimulante”. Por eso el montaje, que adopta un ritmo marcadamente musical, es obra de Marcos Flórez, el editor de El último verano.

La entrada para el cine Maldà se adquiere directamente en la taquilla, mientras que podéis comprar la de los cines Verdi clicando aquí.