Cómo la Barcelona medieval se convierte en una de las grandes capitales mercantiles de la Mediterránea

El Palau Reial Major y Santa Maria del Mar son testigos todavía hoy visibles de una Barcelona que durante la edad media se convirtió en un emporio mercantil. Las calles que pisamos diariamente y que conforman este itinerario presentan un entresijo urbanp que se empezó a configurar hace más de ochocientos años. Algunas de estas calles llevan el nombre de los diferentes oficios que se desarrollaron a partir de la edad media. Algunas casas todavía conservan testigos de cómo eran las viviendas de estos artesanos y algunos edificios de la calle Montcada, por ejemplo, continúan mostrando la opulencia de las casas grandes de la ciudad.

Así, a raíz de la red de calles, en esta ruta se explica el plan parcelareo y las edificaciones y la configuración espacial i social de la ciudad medieval, mostrando cómo los procesos de crecimiento urbano comportaban ganancias, pérdidas y conflictos, incluso inmobiliarios, y su relación con la actividad productiva y con el comercio lejano.

También se abordarán aspectos de la vida cotidiana, especialmente en el entorno del sistema gremial y su combinación entre residencia, trabajo y vida social, y se presentarán, a partir de los conjuntos monumentales conservados, la formación de las instituciones de gobierno de la ciudad y la implantación en ésta de otros poderes como capital de Cataluña y principal centro urbano de la corona catalanoaragonesa.
Además, se muestra el repertorio de formas para resolver las necesidades constructivas más diversas a partir de la progresiva definición de un gótico con características propias.

Pero no acaba aquí todo lo que todavía se puede ver de la Barcelona a lo largo de los siglos, si no que también se mostrará cómo, a partir de las tipologías edificatorias, todavía se aprecia la permanencia de muchos aspectos del tejido económico, social y urbano que va más allá de la edad media.