Un cuento sobre la empatía y la generosidad

Engruna Teatre, la compañía creadora del espectáculo familiar que hará una breve temporada en el Teatre Nacional de Catalunya, dice que explica pequeñas historias a las espectadoras y espectadores más mayores, y grandes historias a los más pequeños. Y un ejemplo que ilustra muy bien esta afirmación es esta Sopa de pedres que se podrá ver los dos primeros fines de semana de febrero en la Sala Tallers: una creación que seduce y emociona a públicos de todas las edades, confeccionada con el rigor que merece el buen teatro para niñas y niños y la sensibilidad, la emoción, que destila la historia.

La protagonista de Sopa de pedres es Alma, una niña que debe huir de su país en guerra, y que después de un largo viaje llega a una tierra de oportunidades. Al menos, en apariencia... porque todo el mundo tiene de todo, pero nadie quiere compartir nada con ella. Sorprendida ante esta contradicción, Alma decide cocinar un día una sopa de piedras que transformará la sociedad egoísta y desconfiada en un lugar solidario y acogedor.

El teatro de títeres y el de sombras, la música, la danza y los objetos conviven en una propuesta delicada y, a la vez, contundente, un espectáculo que nos pone delante un espejo para que podamos ver reflejados nuestros recelos y actitudes que no siempre nos gustan. Porque Sopa de pedres habla del extranjero, del refugiado, de las personas que llegan a un país o ciudad buscando un lugar donde vivir en paz y se encuentran con una sociedad que las ve como una amenaza. Como apunta Engruna Teatre, el espectáculo habla también de la cooperación y la fuerza del trabajo en equipo, imprescindibles para revertir situaciones injustas.

Sopa de pedres es pura poesía visual. Dejémonos cautivar por esta tierna historia.