Por fuera, conserva el aspecto de nave industrial. No en vano, era una fundición, la Comas, donde, dicen, se fundió la famosa estatua de Colón. Pero al entrar, la fisonomía es otra: la de un salón de baile de regusto francés que abrió sus puertas hace 120 años y que es uno de los más antiguos y famosos del país. En todas estas décadas, cómo no, se las ha visto de todos los colores. Hoy en día, este espacio, donde se ha bailado de todo y escuchado mucha música, se han grabado también anuncios, películas y programas de televisión y se han organizado banquetes, desfiles de moda y una larga lista de actos culturales, sigue latiendo con toda la fuerza y la elegancia en el corazón del Raval.
Más información:
Tigre, 27
