“En nuestra ruin madera / hombre y ciudad resuenan”. (Carles Riba) “Ciudades hechas así: / lentamente construidas / con piedras que fueron ayer vidas humanas: amores, sufrimientos que nadie recuerda”. (Narcís Comadira) Barcelona no se ha quedado al margen de
Del diván al coach
No sé si es por la edad o por los quebraderos de cabeza, que tengo cierta tendencia a dejar desperdigados trocitos de mí misma; como si temiera perderme, o no confiase en quien me gobierna. Nostálgica de la infancia, me
PSICÓLOGO: ¡Hacía tiempo que no venías! BARCELONA: Es que he pasado una época buenísima, en la que todo me salía bien. Allí donde iba era la reina del baile. Era como esos pintores abstractos a los que nadie entiende, pero
No es cortés ventilar las miserias de una dama, por eso me ahorro los detalles de la noche en que la filosofía catalana llegó a urgencias presa de un ataque de ansiedad. Con todo, y dado que es un tema
Mi falda marítima tardó en traerme aires foráneos. Los primeros fueron los italianos, que, primero en el Palau Reial y después en el Teatre de la Santa Creu, me regalaron la ópera. Los “cruzados”, como los llamaba Pitarra –en referencia
–Cuéntemelo todo desde el principio. Pero ya me ha dicho que su problema es económico, y yo cobro por horas. –Efectivamente, mis bolsillos no son muy profundos. Como ciudad voy tirando, el turismo me mantiene erguida; intoxicada pero de pie.
–Bella encantadora, ya volvemos a encontrarnos. Ponte cómoda. ¿Quieres sentarte en la silla o en el diván? Hoy llegas resoplando, con la lengua afuera. –La lengua, sí. Dicen que soy una ciudad políglota. –¿Políglota? Decir que eres una ciudad políglota