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"Els nens no són cruels, són sincers"

27/01/2020
Teatro
Denise Duncan ens qüestiona sobre els nostres prejudicis racistes a 'Negrata de merda'

Hace años que la dramaturga y directora Denise Duncan se plantea el tema de la negritud con su compañía, La Pulpe. Y fruto de esa reflexión surgió Negrata de merda, una pieza en la que es un niño el primero en mostrar sus prejuicios contra otro niño por el color de su piel

 

-¿Crees que los escenarios son un buen lugar para luchar contra los prejuicios?

Si. Pero no es esa la función del teatro. Lo que quiero es mostrar una cara de la realidad para que se planteen preguntas  y los espectadores reflexionen ya sea sobre prejuicios o sobre creencias… No creo tener una verdad que explicar, pero sí preguntas por hacer. El teatro habla de lo que nos rodea, de lo que nos preocupa… más que una lucha es plasmarlo

 

- Tus obras siempre son reivindicativas, ¿crees que el teatro tiene que ser político?

Sí. El teatro siempre tiene que ser político, pero entiendo el político de una manera muy amplia en la que, por ejemplo, hablar de la vida privada puede también ser político. Así que incluso sin tomar una posición política, la estás tomando. No sé si reivindico, pero sí que pregunto y eso siempre es político porque supone entrar en dialogo con el sistema

 

- ¿Por qué decidiste que fueran los niños los protagonistas de un ejercicio de racismo? ¿Son ellos más o menos crueles, más o menos culpables, que sus padres?

Cuando hablamos de adultos hacemos un juicio de valor inmediato y tomamos una decisión a partir de varios condicionantes. En cambio, sí quien ha protagonizado la acción son niños anónimos siempre entraremos en contradicción al pensar si su actitud responde a algo innato o aprendido. Los niños no son más crueles, pero viven directamente las emociones. No tienen filtros sociales. Así que manifiestan sus impulsos de manera más directa porque están en proceso de aprendizaje de los filtros sociales y la empatía. Los niños no son crueles, son sinceros. Y creo que un niño no tiene culpa, que es del entorno, del sistema educativo, de la sociedad en que se desarrolla. La responsabilidad sobre cómo actúa un niño es de sus padres pero influyen muchas más cosas. Por ejemplo, mi hijo de cuatro años jamás ha estado expuesto de manera consciente a los superhéroes, pero los conoce a todos y quiere ser Batman.

 

-¿Has intentado que no haya ni buenos ni malos, ni blanco ni negro...?

Cualquier discriminación parte de un lugar donde no hay amor. Por eso no creo que haya buenos y malos, sino gente que vive desde un lugar o desde otro. Y desde el escenario intento comprender esas perspectivas. Si caes en el maniqueísmo, le publico se aleja. Todos tenemos características buenas y malas y todos actuamos con más o menos conciencia. Me gusta la idea de movernos en los grises.

 

- ¿Crees que una cierta dosis de humor es una buena herramienta para hacer llegar el público tu mensaje?

La comedia siempre salta en mis textos. Y lo haga expresamente porque creo que el espectador después de afrontar una tensión en un momento dado necesita relajarse y reír. Porque si logramos que sonría en un momento de tensión después podrá seguir recibiendo. Así que sí, creo que hay que utilizar el humor como herramienta para empatizar con el público.

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